lunes, 2 de septiembre de 2013


"Sexo, silencio, suspirar sobre su boca."

Tu respiración entrecortada te molestaba por demás, vos al 100%. Él, en un escaso 40%.
Vos suspirabas ternura, él agotamiento.
Abriste tus ojos verdes, y te encontraste con sus ojos marrones. Desviaste tu mirada hacia su nuez de adán y viste como tragaba lentamente y con dificultad, como esperando. Esperando tu reacción.
¿Sería posible encontrarse en sintonías tan distantes? Vos tan feliz y el tan infeliz. Vos tan amor, y el tan desamor. Vos tan "te amo", y el tan "te amé".


-Es un chiste?-le preguntaste alejándote de esa cercanía peligrosa.
-Estoy siendo lo más sincero que puedo, Pau. Perdoname - te dijo intentando tomar tus manos entre las suyas.

Llevaste tus manos temblorosas a tu boca, tapándola. Como reteniendo la angustia. Como si eso bastara para cubrir la herida, para cubrir la sorpresa. 

Si volvieras el tiempo atrás, tan solo media hora, te encontrarías tirada en el sillón, anhelando que Pedro traspase la puerta. Ideando la mejor manera de hablarlo. Feliz, por demás. Repasabas los últimos días.
Sentías algo interno, raro, impredecible. Pero vos y él son impredecibles, ya nada te asustaba. Cuatro años juntos te habían preparado. Cuatro años, que hacian que lo ames más y más. 
Te levantaste a preparar el mate, como a pepe le gustaba. 
Lo sentiste llegar. Sentiste sus llaves contra la mesa de vidrio del living. Sentiste su perfume A Men By Thierry Mugler. Tus fosas nasales se inundaron de su aroma. Del aroma de tu amor.
Te diste vuelta a mirarlo. Sonreíste. 
Finalmente, un "Tenemos que hablar" al unísono, de ambos, te declaró el jaque mate.

¿Se vuelve del jaque mate?

"Ese verano vino visceral, llenó mi copa"

-No quiero arruinar todo y siento que no doy más.
-Te cansé? Es eso?- le preguntaste con tu rimel corrido.
-No sé.

Cerraste los ojos.  Sentiste tu saliva atravesar tu garganta. Tu mano izquierda recorrió tu cara, enjuagandote las lágrimas, presionando tu nariz, acariciando tu pera, para terminar en tu pelo. Te agobiaba la situación. Te agobiaba él, y te agobiaba aquello que nunca le dirías.

-Contame todo- le pediste, hipando e  intentando tranquilizarte.
-No creo que se neces...
-No me importa lo que creas o no necesario neneeee!!!- le gritaste, con tu respiración ya imposible, ya galopando
-Siempre me dijiste que nunca me perdonarías una infidelidad
-Te acostaste con ella?- lo interrumpiste
-No, pero algo me pasa. No quiero arruinar todo, paupi. No quiero tirar a la borda estos 4 años.
-VOS, no queres arruinar nada? Es que no te das cuenta que ya arruinaste todo? No queres tirar a la borda todos estos años juntos y para solucionarlo te parece que esto es mejor? Te parece una idea re copada decirme que te enamoraste de tu secretaria? Te parece super cool pedirme un tiempo para acostarte con ella sin culpas?????- le preguntaste, llorando, golpeándolo.
Él, intento frenarte. Con sus brazos retuvo tus muñecas tras tu cuerpo, siseando para calmarte.

-Soltame Pedro!! No ves que te quiero odiar, quiero desfigurarte la cara, necesito odiarte, dejame odiarte- y tu voz se volvía inaudible. Tus lágrimas inundaban tu cara. Tu fuerza desaparecía, y te desplomabas en sus brazos.

-Dejame odiarte- le pediste en un susurro.

A fin de cuentas, el final de la historia, coincidía con lo que proyectabas para esa tarde: terminar en sus brazos. Pero no así, así no servía, así te desarmaba, te sacudía, te partía el corazón, te inundaba de dolor.


"No puedo quedarme más, prepara mi equipaje: voy a pelear otra nueva guerra en este viaje"

Él se habia ido a dormir a lo de Hernán. Vos, aprovechaste a juntar todo.
Ni bien se había enterado, Luciana, la hermana de Pedro, había ido corriendo a buscarte. Más que una cuñada, una amiga.

-Qué fue lo que pasó?
-No se Lu, a mi también me encantaría saber.
-Y por qué te vas?
-Y que querés que haga? Que me quede acá esperando a ver si trae a la otra boluda? Que le haga la comidita para cuando viene de trabajar?
-Es un tarado, definitivamente. Te juro - y la viste morderse su labio inferior- que no lo entiendo, lucharon tanto para estar como están ahora. Vos sabes que las puertas de casa siempre están abiertas para vos.
-Gracias Lu.

Guardabas los portarretratos y los recuerdos te invadían, te sacudían.
El primer beso, el primer mensaje. El primer desayuno. La primer pelea, la primera reconciliación.

-Hace una semana te operaste, te dije específicamente, que no salieras.
-Vamos, Pedro, si ya salí antes, si te pasó algo en el trabajo no es mi culpa.
-Si te sentís perseguida no es mi culpa, por algo será.- te dijo marchandose cual novela mexicana.

-Dale Pedro, tenemos que hablar- le dijiste desde el umbral de la puerta del comedor.
El muy tranquilo se sentó en el sillón y encendió la tv.
-Pedrooooo!
-No tengo nada para decirte, ni me interesa escucharte... 
-Por ahí a otro sí-agregó en una voz casi inaudible
-Qué dijiste?-preguntaste con una sonrisa socarrona 
-Nada, dale Paula, andate!
-Me voy después que hablemos,  no seas histérico Pepe-le dijiste en voz baja y agachándote a su altura.
-Disculpame por ser histérico y no perfecto como Luca, ¿Por eso lo viste?- te dijo con impotencia y rabia, pero aún esquivándote.
-No paso nada! Ya te lo explique mil veces!!!! Fue una charla de cortesía
-Que te mande un telegrama entonces, para que verlo?
-Me estoy cansando Pedro. Fuimos a Starbucks, 800 personas alrededor, 17 hs. Fui super cuidadosa, y no dejé entrever nada que pudiera llevar a confusión.
-Y qué? te tengo que agradecer que no lo trajiste a casa?
-Ufffff, me hartás!-le gritaste dando un portazo.

Media hora más tarde volviste a entrar. El, más tranquilo. Vos, más todo o nada.
-Jugaste alguna vez al gallito ciego?-de pronto le preguntaste
Sus ojos se agrandaron a la par que sacabas de tu bolsillo derecho una venda.
Te sentaste a horcajadas de él. Colocaste la venda en sus ojos. Besaste su cuello. El susurró en tu oído: "Quitame la venda sin anestesia" . "Todo" le respondiste.  

Resoplaste. Volviste a éste, tu mundo. Tu desbarranco. Tu peor es nada. Peor es nada? Repetías esa frase en tu cabeza, para hilar un poco la historia, para entender que pasó, en que fallaste.
Nunca habías sido demasiado celosa, lo necesario. Procurabas no ahogarlo, procurabas mimarlo, y cuidarlo.
Jurabas que estaba todo perfecto. Hoy te dabas cuenta que era todo unilateral, que no recordabas cuando fue la última vez que fueron juntos a la par.

 Terminaste de juntar tus cosas, ya ibas saliendo y escuchaste el ruido de llaves. Inhalaste y exhalaste. Varias veces.

-Te vas?
-...
-Pau, hablemos.
-No, no quiero saber nada de vos, no quiero oír tu nombre, ver tu cara. No quiero luchar por vos, no tengo fuerza, eso lo entendés?
-Es un tiempo el que necesito, no seas dramática
-Me dejás por una mina que se te pasea por minifalda or la oficina y la dramática soy yo?
-No quise decir eso, lo sabes
-No, sabes que Pedro? Ultimamente siento que no se nada de vos, pero nada eh!
- A donde vas a ir?
-No importa.

Tomaste tu valija y te dirigiste a la puerta de entrada.
-Pedro?
-Si Pau..
-No te odio sabes? Y me encantaría odiarte, porque me ayudaría a sentir menos dolor, menos frustración, pero aún así no logro odiarte, al fin y al cabo solo fuiste sincero no? Nada, quería que lo sepas, que sepas que hoy me duele como nunca amarte como te amo.


"Lluvia, ciudad, apagón, en una nota"

-Te dije que no te iba a preguntar nada, pero ya van dos días eh.
-Qué?-le preguntaste saliendo de tu trance
-Que si no pensas contarme que pasa.
-Y por donde empiezo?
-No se, no hay luz. Llueve. Los chicos están en el cole. Tengo tiempo de sobra
-Dónde voy a conseguir una mejor amiga así?-le preguntaste a Martina con una tibia sonrisa
-Si ya me tenés a mi para que querés otra? Pensas irte? jajaja

Y a su risa, tu mejor respuesta fue el silencio.

-Bueno, no, ahora si quiero saber que pasa. Y no nos vamos a mover hasta que me cuentes todo.
-Ok, prepara el mate que es largo, o corto, no se. La verdad? no se.

Historias de diván. Siempre pensaste para qué un psicólogo, si tenes a tu mejor amiga, y encima no te cobra.
Martina es tu mejor amiga desde los cinco años. Te conoce de derecho y de revés. Ella es la susanita de tus amigos. Dos hijos: mellizos de 6 años. Un esposo último modelo como le decis vos. Ella es todo para vos, casi una hermana. 
Hoy es tu refugio, como siempre que lo necesitas. Hoy, te toca contarle que te pasa: como, quién y por qué.
Hoy es tu historia la que contas, hoy no le sacan el cuero a nadie, hoy no te toca contarle la última vez que Pedro quemó la comida. Hoy no sabes si te toca reir o llorar. Hoy te sentís mal por no estar feliz, y te sentís mal por no estar triste.
Dicen que a las heridas solo las sana el tiempo, que aunque permanecen, comenzás a entender como convivir con ellas. Comenzás a ver la cicatriz como un aprendizaje, como una marca que te acompaña toda tu vida.
Y para eso necesitas procesar, porque todo fue tan abrupto. Todo fue tan de repente, que dudas seriamente si alguna vez, te detuviste a pensar al menos dos minutos lo que paso en los últimos tres días, cuatro mejor dicho.

"Un hijo sin padre está esperando en cada gota. "

-Nos separamos, bah, el se separó de mí.
-Eh? Qué paso?- te preguntó Martina tratando de no ahogarse con el mate.
-No sé-le confesaste con la mirada perdida, aunque desconocías si le explicabas a ella, o a vos.

Te diste vuelta a mirarla, y ahí estaba ella, expectante. Esperando. No queriendo invadir, pero con su ansiedad característica.

-Yo...lo estaba esperando, como todos los días, con el mate listo como a el le gusta...o le gustaba no se, y el parece que se había venido con toda la sinceridad del mundo.
Viste cuando preferirías que la gente no sea siempre sincera?- ahora si le preguntaste
-No entiendo Pau, vos siempre odiaste la mentira.
-Parece que repito mucho esa frase porque el me dijo lo mismo.
- Y qué más te dijo?
-Que le pasa algo con la secretaria
-QUE??????
-Eso. Parece que el croupier de nuestra historia canto no va más
-Pero es un tarado, que le pasa?
-No se, creo que todavía no estoy como para tener una charla frente a frente,  pero me dijo que era para no lastimarme. No entiendo que hice mal Marti, te juro. Por que no puedo tener una linda historia como la tuya?-le preguntaste con tus ojos verdes ya cristalinos.
-Ya amiga, ya va a aparecer.O lo van a solucionar.

La charla se vio interrumpida por José que llegaba de trabajar.

-Hola Pauli, hola mi amor- dijo José saludandola.
-Hola amor, como te fue? Mejorás el mate y te sentas con nosotras?
-Claro, y traje unas facturitas
-Mmmmm que rico Jo!!- le dijiste dedicándole tu mejor sonrisa.

-Dejamos el tema acá y después seguimos si?
-Claro...Marti?
-Si, Pau, decime.
-Estoy embarazada.

-Le puse menta está bien?-preguntó José.

Blanco. Verdad. La primera vez que lo decías en voz alta. Nunca viste a tu amiga tan descolocada.


"Ya no me expliquen más, las explicaciones no me satisfacen. Voy a intentar algo nuevo en esta frase"

-No puedo creer que me lo hayas tirado así, sin más. Vos cómo te sentís?
-No se- le contestaste suspiro mediante. Rara. Contenta porque es lo que siempre quisimos, y mal porque no se da en las mejores condiciones, me entendés?
-Como nadie, amiga. Cuándo se lo pensas decir? Después de los análisis?
La miraste sorprendida y con el ceño fruncido.
-Nunca. Qué te hace pensar que se lo diría?
-No, Paula, no podés. Es su hijo también, no tomes decisiones unilaterales.
-Bueno, basta vos sos mi amiga y no de él. Y este es mi hijo. Punto final. No lo voy a atar con algo que no quiere.
-Y como sabes que no lo quiere?
-Bueno, no lo se, ni lo voy a saber. Pero no le voy a arruinar su etapa de soltería, quería disfrutarla, que la disfrute.

Habían decidido salir de shopping. Ya habían pasado más de 48 hs desde que le habías contado a Martina que estabas embarazada. 48 hs de digerir, de pensar, de proyectar, de pensar una y mil veces que harías con Pedro, con el bebé, con vos. 48 hs de sufrir por demás, de alegrarte aún más. Dos días en que las lágrimas eran tu compañía de noche.

Y miraste a ella, tu amiga. Su cara de pánico te había llamado la atención. De pronto viste como se movía, como te giraba, como si quisiera que no vieras algo, pero eso había llamado aún más tu atención.

Y era él. Y era el con ella. Y era tu corazón el que se partía. Y era su mano en la cintura de ella, lo que te destrozaba, un poco más, a cada instante. Y eran tus ojos los que repartían lágrimas a tus mejillas.
Y de pronto, tu mundo, tu pequeño mundo que intentaste calmar hace una semana, se derrumbaba.
Ella le sonreía, y a él se lo veía feliz. Y te diste cuenta que el nunca aceptaría a tu hijo, o que lo aceptaría pero arruinarías sus planes, su vida. Descubriste que habías perdido. Lo descubriste lejos, que ironía, estando tan cerca.
Miles de imágenes recorrieron tu mente: besos, veranos, inviernos, peleas, reconciliaciones.
Y una pregunta, tan solo una, te llevaba al abismo: por qué volviste a confiar en este tonto juego del amor? Por qué después del dolor que pasaste? Es que quizás un solo desgarro del corazón no te fue suficiente. Lo habías prometido, prometiste no volver a enamorarte, prometiste enterrar tu corazón junto con el de Martín, no lo hiciste, y así te fue.



Dejaste que la brisa de la mañana golpee tu cara, llene de aire fresco tus  pulmones y las dichosas lágrimas recorrieron tu mejilla derecha, tu ánimo ni siquiera te permitió borrarlas, o al menos disimularlas. Llegaron a tu boca (sin labial, poco usual en vos, pero las condiciones lo ameritaban) y sentiste un gusto dulce recorrerte, tan distante de tu estado en ese momento.

Abriste los ojos lentamente (que previamente habías cerrado, producto del dolor desgarrante que te acompañaba) y la luz te encandiló. El brillo de la mañana te llevó a preguntarte por qué. Por qué a el. 
Un año de agonía, de verlo en tus sueños, de sentirlo cerca, de preguntar a todo y a todos por qué, de pedir irte con él, de reclamar a los santos, de reclamar a vivos y muertos, de pedir un poco de piedad. Un año de depresión, de creer verlo en cada esquina, en cada cine, en cada supermercado, de correr a cada banco de plaza. Un año de ver su mirada en todos los ojos azules que te cruzabas, de oír su voz en cada hombre; para luego caer en la cuenta que ya no, ya no sería posible.
365 días que te planteaste como seguir, como vivir después de ti. 365 días de llorar su ausencia, de pensar que hubiera pasado si no hubiera agarrado el auto esa noche.

´Y llegó el momento de dejarte ir, mi amor, mi gran amor… Martín, te extraño cada día más si eso es posible´ – Murmuraste para vos misma, tratándo  que cada palabra se grabe a fuego en tu mente, en tu cerebro, ya que tu corazón hace rato no te daba ni la hora – Sabés -continuaste- fueron momentos difíciles para mí, vos lo entendés no? Y te sentiste rara hablando, y acariciando, una lápida fría. Pero todo esto es necesario, necesito dejarte ir, y yo necesito quedarme acá, necesito cerrar nuestra historia, y necesito que me perdones. Hoy...Hoy me toca amarte desde el recuerdo, pero nunca te voy a olvidar, te juro...


Y de pronto...negro. No supiste nada más.
Lo más cercano fue vos en la sala médica del shopping. Con lo que odiabas el olor a enfermería/hospital.
Abriste los ojos lentamente y te encontraste con Martina, mirándote y sonriéndote.

-Como estás?
-Bien, creo, no me acuerdo de mucho, solo que lo vi y no mucho más
-Si, ya está, ya pasó. Ahora viene Jo con los mellis a buscarnos.

"Abran fuego. No me rindo fácil. Siempre hay otro vuelo. Y es tu última chance. Afilate. No te dejes ir en el...último intento"

 Habías adquirido una nueva rutina. Tu rutina. Tuya y de tu hijo, nadie más. Cuatro meses sin saber de él y sin querer hacerlo.
Compraste un departamento para comenzar de cero, para arrancar de nuevo.
Lucas, tu mejor amigo, te estaba acompañando en todo esto pero aún así eras una madre soltera y cada día te pesaba más. Cada día te pesaba más no decir nada, cada día te pesaba más, pensar que el podría estar revolcándose con ella. Las imágenes no paraban de proyectarse en tu cabeza: el, ella, vos, tu panza, lucas, martina, todos pensando, dando sus opiniones, sus consejos. Un día tu mente iba a explotar, claramente, solo esperabas que ese día este lejos, lejos.

"14.00 hs ecografía" . Leías el papelito una y otra vez. Hoy, quizás, podrías conocer el sexo de tu bebé. Martina estaba preocupada porque tenía reunión de padres y no podía ir con vos, pero Lucas, como desde hace varios meses estaba ahí, ahí para vos. Quizás medio tonto de tu parte pero se sentía bien. Vaya que se sentía bien tener alguien acompañándote, estando ahí para vos, cada vez que lo necesitaban.

-Paula? -Te llamaron desde el consultorio.
Lucas y vos pasaron. El miraba para todos lados, se ve que era su primera vez.


-mmm me siento por acá?-preguntó Lucas timidamente.
-Papá primerizo?- se rió Carlos, el encargado de mostrarte a tu bebé.
Viste la sonrisa incómoda de Lucas y saltaste.
-No, el es simplemnete un amigo.
-Ah, disculpen. Mirá ponete acá, de este lado, porque sino quedas de espalda a la pantalla, y lo querés ver no?
-Si, claro si se puede me encantaría.
-Bueno, quieren conocerlo?-Preguntó Carlos finalmente.
Y tu sonrisa no podía ser más grande, no podías estar más feliz,  bueno si, pero eso no pasaría , esto era tu vida, no una película y el no aparecería corriendo con un ramo de rosas y gritándote te amo.

-Paula?-te sacó el médico de tu trance.
-Sisi perdón-
-Bueno, acostate en la camilla y levanta un poco tu camisa. Bien, Lucas saca esa cara de pánico, no pasa nada esto es un ecógrafo trabaja con ultrasonidos y esto de acá- dijo señalandolo- es un transductor que capta los ecos de las ondas sonoras y por medio de la computadora se va a transformar en una imágen que es lo que queremos ver si?
-Y...al bebé eso no le molesta?- preguntó Lucas con la ceja levantada
El doc se echo a reír y a vos no te pudo dar más ternura, o si, cuando lo viste ruborizarse.

-Puede que esté un poco frío- comentó el médico mientras colocaba un gel.
-Ahí está lo ven?-siguió.
Las lágrimas recorrían tu cara, la emoción te desbordaba. Pasar de la idea de estar embarazada, a verlo a través de esa pantallita era emoción pura. Te hubiese encantado que la situación fuera otra, que el que estuviese ahí al costadito lagrimeando no fuera Lucas, sino Pedro.
Con la cantidad de veces que habían soñado algo así, una noticia así, una vivencia así.
Pero para el ya no más, el hace meses no formaba parte de tu vida, o bueno si, pero intentabas no recordarlo, no tenerlo en cuenta, ilusamente. Las noches cada día se te hacían más largas. Tu familia te reprochaba que hayas cortado el vínculo con el y su familia sin decírselo. La única que lo sabía era Luciana a quien le hiciste jurar por su vida y la de sus hijos que no diría nada, porque ahora las decisiones las tomabas vos.

La ecografía había terminado satisfactoriamente con la noticia de que una linda nena venía en camino. Lucas, después de aproximadamente 10 minutos, pudo entender como esa mancha blanca era un bebé.

-Paula?
Te diste vuelta de espaldas al pasillo, ya en el medio de él (del lado de afuera del consultorio) y le preguntaste: si?
-Lejos de querer meterme, vi muchos casos por acá, si el papá del bebé no lo sabe decíselo, es su derecho.
Asentiste y quisiste armar una sonrisa que nunca te salió.
Lucas te miraba como quien vio un fantasma con sus ojos verdes saltones.
-Qué pasa? -le preguntaste con el ceño fruncido. Y un "estas embarazada ?" a tus espaldas te heló la sangre.

"Voy a cantar mi canción, no queda tiempo. Éste es, para mí, y por vos, el último intento"

-Paula, estás embarazada?-te repitieron a tus espaldas.
Te diste vuelta lentamente, aunque ya sabías perfectamente de quien se trataba.
-Hola-le dijiste mordiéndote el labio inferior. Si te digo que no me crees?
El se acerco lentamente, expectante, hace mucho no se veían.

-De cuánto estás?
-Cuatro meses
-O sea que...
-Si- lo interrumpiste, temblando, jugándo con los dedos de tu mano, intentando no mirarte a los ojos.
-Lo sabe?
-No, Fede. No lo sabe, y prometeme que no se lo vas a decir prometemelo, le suplicaste.
-Yo no puedo hacer eso Pau, es mi hermano. Te adoro y lamento mucho lo que pasó, pero no puedo no decirle
-Por favor Fede- le volviste a suplicar con lágrimas en los ojos. Yo... yo me hice fuerte para completar su ausencia, para sufrir menos, para intentar no recordarlo mientras llevo un hijo de él en mi vientre, vos podes imaginar lo difícil que es?
-Y por que le quitas este derecho? Yo creo, no, yo estoy seguro que sería muy feliz con la noticia.
-Pero por favor Federico, el me dejó porque se quería acostar con la secretaria, el ya no me ama, y por lo tanto no va a querer a su hijo, y yo trabajo y no necesito de su apellido ni que me pase una cuota alimentaria, no lo necesito.
-Lu lo sabe?
Miraste el suelo porque lo único que no podías permitirte en este momento era dejarla evidenciada.
-Eso es un si, deja, ya entiendo todo.
-Ya entendes que? Ella no tiene la culpa, yo le pedí que no se metiera. Entendeme Fede, si yo me veo amenazada de que tu hermano se enterara yo automáticamente desaparecería, incluso, de la vida de ustedes.
-No creo por ahora que mi hermano se entere. El no está en el país no sabías?
-No ni me interesa, como, cuando ni con quién.
-No es lo que pensas
-No me importa, basta.
-No puedo creer que vaya a ser tío.
-Y de una nena.
Y lo viste sonreír, y aunque hubieses preferido que no se entere, te sentiste bien por tener a alguien más cerca y que tu hija tuviera un tío que la va a amar como estas segura que el lo va a hacer, aunque le vaya a costar horrores esto de tener que "traicionar"  a su hermanito.


"(Y de ahora en más cada uno será) realmente el último. O estaré en guerra con el mundo"



-Viste, y vos que no le tenías fe.
-Bueno, bueno pasaron dos meses nada más y por lo que se tu hermano sigue en el exterior
-No se, yo te prometí no hablarte de él. -Si, tenes razón. Te conté que ayer Fede me trajo unos conjuntitos rosas hermosos? Quiere que se los ponga para salir de la clínica. Está re baboso
-Nono, yo soy la tía malcriadora, no vale, yo lo supe primero, me corresponde a mi ese vestuario, Paula! No me podés hacer eso.
-jajajajaja, no se mirá falta todavía
-Pero si está gigante mi bebota, mira lo que es esta panza!!!-te dijo mientras acariciaba tu vientre de 6 meses bastante avanzados.
-mmm, sabes que tía malcriadora? Esta bebé se muere por helado no tendrás de casualidad?
-Obvio para mi sobrinita todo
LA viste irse y te relamías. Lu tenía siempre helado, si no era por sus hijos, era por vos, hasta ahora eso y el mousse de chocolate eran tus antojos de cabecera.
-Y?????? Dale que Mía va a salir con forma de helado!!!
-Jaaaa, espera que tocaron la puerta debe sr algún vecino y voy
-bueno dale
-Y nenaaaaaa? -Gritaste al ver que a los 5 minutos no volvía. Dale Luuuu que tu sobrinaaa tiene hambreeeee!- volviste a gritarle, aún a de espaldas a la cocina, y por ende la puerta del departamento.

-Qué sobrina?-te preguntó una voz que te resultó muy familiar.
La sonrisa se borró de tu boca. Quisiste que la tierra te trague, pero sobretodo hiciste la cosa más tonta que podes recordar haber hecho en los ultimos años: intentaste tapar con tus manos una panza de 27 semanas.
Lo tuviste enfrente y no supiste que decir, que hacer.

-Qué hacés acá?
-De cuánto estás?-te dijo arrodillándose frente a vos y con sus ojos cristalizándose.
-No te importa, que hacés acá?
-Claro que me importa, de cuánto estás? Es mío?
Intentaste evadir su mirada, no sabiendo bien como encarar esta situación.
Su mano derecha tomó tu cara e hizo que lo miraras directo a los ojos, Luciana, parece que había decidido retirarse ya que no la oías ni veías en la sala.
Tragaste lentamente.  Cerraste los ojos. Volviste a abrirlos y con los ojos llenos de lágrimas, reconociste lo inevitable: "27 semanas. Si, es tuyo"

No sabías que reacción esperar. Un par de puteadas quizás hubiese sido lo más lógico. Y sin embargo, su reacción fue levantar tu remera y besar tu panza. Se quedó ahí desconoces cuanto tiempo, hasta que sentiste algo húmedo en el vientre. De pronto, el se separó y borró los rastros de lágrimas con que te había salpicado.

-Qué hago?
-Con que?-le preguntaste confundida
-Tengo ganas de enojarme. Pero no se si con vos, por habermelo ocultado. O conmigo por haberte dejado.
-Esto no cambia en nada, es más yo no quiero nada de vos, no lo necesito. No necesito tu lástima ni tu caridad.
-De qué lástima me hablas?
-No quiero que saques el discursito de que te arrepentís de haberme dejado, de que querés que volvamos a estar juntos ni nada similar. Yo...yo seguí adelante, y no te necesitamos.
-Es mi hijo.
-Hija.
-Es una nena?-te preguntó ampliando su sonrisa
-Mía.
-No, es mi hija también, creo que sabes que no se hacen solos los bebés no? No me importa si vos tenes otra pareja o no. Es nuestra hija, no es tuya.
-No, que se llama Mía. El nombre es Mía.
-El que habíamos elegido...
-Cuando sea la próxima ecografía te aviso por medio de Lu si queres- le dijiste parándote, pero te mareaste y todo te giró.
El se apresuró a sostenerte y llevarte hasta el sillón.
-Estás bien?
-No me siento del todo bien. Llamá a Lucas o a tu hermana.
-Lucas es el médico?
-No, Lucas...Lucas Distirof, mi amigo.
-Oh, sisi, claro lo llamo- y viste como su sonrisa se desdibujaba.

"Todo terminó, pudimos ser felices toda la tarde, pero un reloj salvaje deshizo al sol
tiñendo burbujas de naranja"

-Qué bueno pero no soy Paula, soy Pedro
-...
-Si, estoy en casa de Luciana mi hermana, y Paula se mareo... me pidió que te avise...
-...
-Sabes donde queda?
-...
-Le digo, gracias

-Dice que ya viene-te comentó él algo ¿desanimado? . Ah- agregó como quien no quiere a cosa- dice que le compró una ovejita rosa para el cuarto
Intentaste sonreír pero todavía no te sentías bien del todo y la reacción de Pedro no estaba ayudando demasiado.

-Pau?
-mmm
-Quién es Lucas en tu vida?
El timbre te dió el respiro que necesitabas.
Lucas entró disparado hacia vos, con una oveja rosa gigante, como la que habían visto en el shopping la última vez.
-Como estas preciosa?-te preguntó besándote la frente
-Creo que me levanté muy rápido. Tendré que llamar al doc? Vos que decís?
-Mmm, si querés te llevo a casa, a tu casa digo- se corrigió rápido ante el ceño fruncido de Pedro- y ahí lo llamamos.
-Si, creo que sería lo mejor
-Yo también podía llevarte a tu casa- dijo de pronto Pedro.
-No quiero traer problemas
-Es mi hija también, o es de Lucas? Porque parecería que el tiene más derechos que yo
-El estuvo conmigo los últimos seis meses, claro que tiene más derechos que vos- le dijiste enojada, pero te arrepentiste en ese mismo instante. No quiero pelear-le dijiste ahora más calmada, no me hace bien ni a mi ni al bebé. Dejame reponerme y te llamo y los hablamos tranquilo y como hacemos de ahora en más.
-Y yo a quién le pregunto todo lo que quiero saber? Me dejás un 0-800?- te dijo entre nervioso y enojado, rascándose la nuca.

Y ESO por más insignificante que fuera, te dejó helada. Porque te pudo, te puede, porque por más que intentaste hacerle creer a tu corazón que era una herida que ya sanó, te diste cuenta que no. Que Mía nunca dejaría ni permitiría que te sueltes, de él, del padre de tu hija, tu primer hija. Pero peor aún (o mejor aún, todavía lo desconocías), nunca podrías alejarte del amor de tu vida.
¿Cómo se hace para volver a intentar? ¿Cómo puede ser que el corazón sea así? ¿Qué no te permita cerrar por completo una herida? ¿Por que el muy estúpido no trabaja racionalmente como el cerebro? ¿Cómo hacer para pedir ayuda, para decir te amo, para decir volver conmigo?
¿Cuándo hay que dejar del lado el orgullo ? ¿Cuándo hay que aceptar que amas demasiado, tanto a alguien que ni siquiera sabes si serías capaz de dejarlo ir? ¿Cómo podrías luchar contra otra mujer, sin que pareciera que usas a tu hija de rehén?
No. No. No. 100 veces no debo. Ahora no estás sola, ahora sos responsable de alguien más y Pedro por mucho que quieras no te puede engañar con un par de palabras bonitas.
Finalmente, te autoconvenciste que haberle ocultado a Mía fue la mejor decisión que pudiste haber tomado.

-Si, 0-800- MaduraYDespuesLlamame


"Fue para decir adiós que me senté sobre tu falda. Estaba despidiéndome, aunque vos no lo sabías. Igual te quedaste blando, mirándome a los ojos? Y me contestaste con tres besos dulces."
"Podemos hablar?" y si, su mensaje te había dejando recalculando. En cualquier momento tocaría el timbre y no sabias muy bien como encarar la situación, ni siquiera tenían en claro que es lo que querías realmente.
Timbre.

Y moriste de amor. Si. Aunque tu cerebro piense que es un "acto reflejo". Lo primero que viste fue un conejo blanco con la orejas caídas en color beige y un chupete en lo que supusiste sería su boca.

-Habrá lugar en la habitación para el primer regalo de su papá?
-Claro, siempre va a haber lugar para lo que quieras comprarle.

Pasaron al living, aunque el te preguntó si no estabas haciendo reposo. Una pequeña alarma se encendió en tu cabeza, el estaba siendo demasiado considerado y tierno para tu gusto.

-En serio, lamento todo lo que pasó.- te tiró así de una.
-No, no necesito que hablemos de eso Pepe. Ya pasó, ahora quiero que nos enfoquemos en Mía y nada más. Vas a querer acompañarme de ahora en más? Pienso que lo mejor es que si tenés ganas de hacerlo lo hagamos juntos como sus padres, sin dobles intenciones.
-Claro, si más vale quiero ver todas sus ecografías, quiero acompañarte de ahora en más. Podemos hacer un curso de pre-parto o ya lo hiciste? Porque pensé que sino podía ir yo a tomar unas clases para el día del parto
-En serio? Querés presenciarlo?
-Más vale es mi primer hija, quiero estar ahí, ver cuando sale, ver cuando la limpian, escuhar su primer llanto, ver cuando la amamantas por primera vez, quiero ser el primero que le coloque un chupete. El temita que me tiene un tanto preocupado es el pañal, yo no cambie nunca ninguno, eso lo podemos delegar a los tíos queres?- te dijo acelerado (muy él)
-Es muy tierno de tu parte, pero yo puedo cambiarle los pañales tranquilamente. Vos, solo tendrías que cumplir tu rol de padre.
-Pau, tengo una reunión ahora, pero mañana puedo pasar a...a ... a ver como está Mía?
-Si, llamame antes por las dudas.
-Pau? De verdad lamento que todo esto se de así.
Te quedaste mirándolo mientras se acercaba a la puerta del departamento.
-No pasó nada con mi secretaria, por si te interesa-te tiró para luego cerrar la puerta.

Una pequeña frase. Un gran contenido para vos. La pregunta es que harías con esa frase.
Cerebro Vs. Corazón. Un round difícil por delante.

"Desnudándome al sol, mientras te oigo luchar con unos parlantes que ya no andan me sentí tan bien que llegué a pensar"

Dos semanas en que tu vínculo con Pedro había cambiado y mejorado notoriamente. Los padres de él y sus hermanos estaban chochos con la panza y contaban los días para que llegue la niña. Más de una vez tu ex suegra te había comentado cuanto lamentaba que no estuvieran juntos otra vez, que más allá de Mía merecían ser felices , merecían otra oportunidad.

Estabas tomando mates con Lucas que había venido a visitarte junto con unos pretzels que eran tu perdición.
Y ya que estaba ahí aprovechaste para pedirle que le pase barniz al caballito de madera que te habían regalado tus amigas.
Pedro hacía diez minutos que te había mandado un mensaje a ver si podía venir.
Le respondiste que sí que estabas en tu casa.
18.25 estaba tocando el timbre de tu casa.
Llegó con un enterito blanco, y detalles en rosa para la beba, para su primer salida. Parece quen para los Alfonso, tenía un significado especial la salida de la clínica.

-Paso a dejarlo en su cuarto-te dijo sin darte tiempo a reaccionar. A pensar.

Escuchaste un "Hola Pedro" de Lucas y escuchaste como Pedro volvía furioso sobre sus pasos.

-QUÉ significa esto Paula?
-Qué significa que cosa?
-Por qué Lucas está pintándole el caballito a MI hija?
-Es que andaba por acá
-No. Yo entiendo que cuando no estaba tenías que buscar alguien que te de una mano, pero yo estoy acá es MI hija no de él, es nuestra hija, hasta cuando me vas a hacer pagar el precio de no haber estado presente los primeros meses? Hasta cuándo me vas a guardar rencor por haber tomado una mala decisión? Cuándo vas a dejar tu orgullo femenino de lado? Porque me decís a mi que no maduré si vos sos la que constantemente me dejas afuera de la vida de mi hija, unilateralmente, como desde que te enteraste que estabas embarazada? Yo te dije de cortar si, pero me equivoqué, fui un tarado eso querés escuchar? No se ya que querés que haga- finalmente reventó.
- Yo... yo no te estoy prohibiendo nada- le dijiste a punto de quebrarte
-Y por qué yo siento que me haces pagar todo con creces? Por qué siento que Lucas tiene más lugar en la vida de Mía? Cómo te hago entender que YO soy el padre? Te guste o no?-te dijo elevándote la voz y rascándose la nuca.
Ya no se más que hacer, no se como demostrarte que estoy acá,  que estoy haciendo todo lo posible para que me incluyas en la vida de ustedes. De verdad que siento que todo lo que hago es en vano, nunca voy a ser para Mía el padre que soñaste pero soy esto, soy lo que tiene y la amo con todo el amor que soy capaz de sentir. Necesito que veas que estoy acá para vos, para ella, para las dos...por favor...-te suplicó con la voz apagándose en cada letra, en cada palabra.

-Mejor me voy-los interrumpió Lucas
-Dejá, el que sobra acá soy yo- dijo Pedro, y no supiste en que momento tu vida se convirtió en un culebrón mexicano.

Aprovechaste y te desplomaste en el sillón, ya sola, sin Lucas y sin Pedro. Con miles de dudas. Y con el llanto lastimándote, abriendo la herida que hace meses intentabas ignorar. No supiste que hacer, que creer, y que querer.


"Podemos ser felices toda la tarde arañando un poco la guitarra "
Hace una semana exacta que Pedro solo se comunicaba con vos por intermedio de Luciana. Y definitivamente, eso, no era lo que querías. Había logrado mantener una buena relación y vos lo echaste a la borda. Porque definitivamente, Martina, te cagó a pedos por no darle a Pedro el lugar que se merecía.
"Te guste o no, Mía es solo un nombre, Pedro es el padre y es de los dos"

Te levantaste con el sonido del celular.
"Dame un último intento"
Ok. Cada vez entendías menos. Encima de un número que en tu vida viste
Timbre.
Te pusiste el salto de cama y abriste la puerta, pensando que quizás algún vecino necesitaba algo.
Encontraste una caja de tamaño considerable. La entraste al departamento. Y la dejaste sobre la mesa del comedor, pensando seriamente si abrirla o no.
Otra vez el sonido de tu celular: "Dale, no es una bomba nuclear. Lo juro"
Esto empezaba a no gustarte.
Pero, ansiedad era tu segundo nombre.
Abriste la caja, y te encontraste con una caja más pequeña. Fail. La abriste y encontraste un papelito "Hola Ansiedad" Sonreíste ya imaginando de donde vendrían estas cosas.
Volviste a abrir la caja y te encontraste con la caja de bombones (de madera pintada a mano) que le regalaste a Pedro cuando cumplieron el primer mes de novios. Abriste la cajita y encontraste el anillo que te regaló cuando se comprometieron. Tus ojos empezaban a aguarse, malditos traidores. Tras que sos sensible, el embarazo te eleva a la enésima.
Al lado del anillo había una foto de ustedes dos en las vacaciones que se conocieron: el con su buzo azul con capucha (que ahora tenías vos) y vos con tus lentes negros y bikini a lunares.
Otro mensaje: "Da vuelta la foto, por favor"
Detrás de la foto había una pequeña nota: "El error no es más que una ayuda a aprender... en el camino de el aprendizaje." 
Una vez más tu celular: Voy a esperar 15 minutos abajo de tu departamento, si no bajas te veo en la próxima ecografía. Si bajas voy a entender que me perdonas, por dejarte, y voy a entender que te perdonas por haberme dejado tantos meses afuera de lo más importante que nos dejó nuestro amor: Mía. Mía siempre mía. Amandote hasta la eternidad"


"y tratando de dejar que algo de paz se cuele en tu cerebro?"

Cuando estás en un ring lo más importante es conocer las debilidades, los puntos débiles del contrincante. Y los tuyos eran los recuerdos. Son instantes. Decisiones rápidas y decisivas. Derecha o izquierda. Guardia o ataque. Directo o Gancho.
La vida es un ring. La vida es una pelea. A veces debemos tomar decisiones. Quedarnos o irnos.
¿De qué lado del muro querés quedar?

El amor no es fácil. El que dijo que es todo color de rosas, es un cruel mentiroso.
Vos, ya habías tomado una decisión.

-Vas a algún lado?-le preguntaste agitada de la corrida que te tuviste que pegar.
-Técnicamente ya pasaron los quince minutos.
-Desconsiderado- le dijsite con una media sonrisa en tu boca, mientras lo veías rodear el auto y acercarse a vos. Sabés lo que es encontrar algo que me entre con 8 meses de embarazo? Tu hija es lo más parecido a una termita que puede haber.
-Entonces, esto que significa?- te preguntó sonriendo de costado y acomodándose la gorrita (por Dios, la gorrita)
-Si, siempre fuiste medio lento.
-El tupe. Vos siempre me hiciste las cosas difíciles.
-Solo para que vuelvas.
-Acá estoy , que hago?
-Podés dejar  de preguntarme todo lo que tenes que hacer y hacerlo? Esta vez no puedo encararte yo, por si no ves tengo cerca de 15 kg de más que no tenía para nuestro primer...
Y si, te estampó un beso. Te susurró te amo. Y te besó de nuevo. Para siempre.
Lo único que esperabas es escuchar un relator que diga "y vivieron felices para siempre". Pero a veces, siempre es un instante. Y con eso te bastaba, del resto te encargarías después.







Bueno, primer descargo: poder combinar tiempo, inspiración, historia y letras es muy difícil. Así que si alguien está leyendo, agradezco que sigan ahí.
Segundo: Gracias @epiInspirados por la canción. Me encanta. "Ultimo intento de Proyecto Verona", como siempre recomiendo escucharla antes o durante la lectura, pero seguro no me hacen caso.
Tercero: nuevo proyecto. Distinto, creo. Les dejo el link. No son canciones es una mini fic.
http://deseosencontradospyp.blogspot.com.ar/

9 comentarios:

  1. ayyyyyyyy tuve un nudo oprimiendome el pecho prácticamente desde el 2do párrafo.
    Sos genial Mery... la canción tiene ahora mucha mas historia para contarme cada vez que la escuche.
    Me encantó!

    Gracias por aceptar mi sugerencia. Feliz de haber podido oficiar de puente para tu nueva inspiracion.

    ResponderEliminar
  2. Todavia estoy agggg!! sos lo mas amiga! amo como escribis!! ME ENCANTÓ!

    ResponderEliminar
  3. Me tuviste lagrimeando anoche y cuando quise comentarte me quedé sin Internet. Me encantó!! Sufrí x ella pero valió la pena. Te admiro me apasiona como le das forma a las historias. Gracias por compartirla! Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Mavi!!! Me alegra que les guste porque tienen bastante producción atrás!:)

      Eliminar
  4. Q lindo q hayas escrito otra vez!! Como ya te dije x tw me parecio maravilloso este episodio! Una genia escribiendo y trasmitiendo emociones..espero ansiosa la fic! Mimi

    ResponderEliminar
  5. Sdfgjhfksgdhshdjfkfksbsdfgk que historia!! Cada palabra te atrapa y te lleva a imaginar cada situacion q se desempeña !SOS grosa . Besos :)

    ResponderEliminar
  6. Recién anoche encontré estos cortos. Quedé fascinada. Terminé de leerlos hoy. Realmente están re bien escritos. Espero que me menciones cuando vuelvas a subir. Mi tw es @SilvinaAraceliR

    ResponderEliminar
  7. me encanta como escribís,seguí haciendolo!!!

    ResponderEliminar