jueves, 23 de octubre de 2014

Si no hay amor que no haya nada.

"¿Cómo voy a lograr que aún me quieras? ¿Cómo lograr que quieras escuchar?"

Paseabas de un lado a otro, revisando los días anteriores, cada paso que habías dado, cada palabra que pronunciaste.
Nunca habías llorado. Nunca te había pasado algo similar.
Vos no eras así. Vos no sabes amar, no sabías que era amar. Nunca supiste diferenciar fidelidad de infidelidad, para vos, eran dos simples palabras, nada con un significado extremo.

Hoy, te encontrabas ahí sin saber que hacer, sin saber que queres hacer. Hoy, te encontrabas llorando por una mujer.
Hoy, tus heridas no cicatrizaban como esperabas.
Hoy, no habías salido de tu casa.

Ella, Paula. Cuando la conociste la viste tan loca, tan histérica, tan linda, tan inalcanzable. En la primera de cambio, te dio vuelta la cara. Y a vos nadie te daba vuelta la cara, es decir, nunca nadie lo había hecho.
Tus amigos de la joda, como les decía Hernán, tu mejor amigo desde la infancia, te cargaron a más no poder. Y tu ego se afectó.

Vos, tan así, tan superficial. Vos, tan huérfano de padre y madre. Vos, te creías tanto, y ahora te sentías tan vacío.
Facundo y Lucas (tus amigos de la joda) te dieron un tope. Y vos sonreíste en ese momento, tenías que acostarte con ella como sea.

Ella, tan sensible. Tan de cristal, que recordar su imagen te afectaba. Te afectaba como te descubrió, como paso todo.

La luz tenue del living, creaba la atmósfera ideal para que te sientas a cada instante, a cada movimiento de las agujas del reloj, un poco más idiota.

Recordabas su cara, descolocada. Veías su confianza partiéndose en pedazos. Podías jurar que aun escuchabas sus palabras, llegando a vos, hiriéndote, no queriéndote ver más.

Y queriendo ganar, terminaste perdiendo, lo asumías. Y te servías un whisky más. Un whisky on the rocks, porque te hacía sentir mejor, porque empezaba a doler menos a partir del cuarto, porque tus sentidos iban disminuyendo, porque el dolor se iba calmando, al menos por un rato, mientras tu cerebro no te jugara una mala pasada, grabando en tu mente, sus ojos hinchados, su mirada perdida, sus lágrimas cayendo más y más; y ahora su llanto, llegaba a tus oídos y vos optabas, por lanzar el vaso a la pared más cercana.



"Cuando este fuego me desvela... pero despierto solo una vez más"


Solo en tu cama de dos plazas, tan vacía y tan fría. Tan demasiado grande para vos.
Tan cómoda diría ella...


-Qué haces linda?- le preguntaste, y ella te miró confundida, de arriba hacia abajo como inspeccionándote, como dudando si contestarte o no.
-Me hablas a mí?- te preguntó finalmente en segundos que te parecieron eternos, más si tenes en cuenta que Lucas y Facundo están ahí mirándote, en lo que según tus palabras sería pan comido.
-Si, claro, como te llamas? Yo soy Pedro...el guitarrista de la banda que viniste a ver- le dijiste guiñándole el ojo derecho y con tu sonrisa de costado que sabías ayudaría.



Ella te miró con una cara de... Dios, no podías descifrarla nunca te habían mirado con una cara así.

Se mordió el labio inferior, balanceó su cabeza de un lado a otro y se fue de allí, dejándote solo. Eso no podía estar sucediendo.
Frunciste el ceño, mientras la mirabas irse. 
Tenía un vestido color púrpura que se abrazaba a su cintura, a su cadera, a cada una de sus curvas. En lo que iba de la conversación ya habías soñado varias veces con sacárselo.


-Sin suerte caballero?- te preguntó Facundo, ya que Lucas estaba riéndose de vos, unos pasos más atrás.

-Callate tarado, seguro no me reconoció, ahí voy.

Y fuiste tras ella... una vez más.



Si tan solo hubieses dejado todo ahí, si no le hubieses insistido, si no hubieses querido jugar con ella, quizás hoy habría menos sufrimiento de por medio: tuyo y de ella.

No te atrevías a estirarte en la cama, con miedo a tocar su lado, el lado que ella usaba cuando dormía con vos.
Como un recuerdo nítido podías imaginar sus placas de bruxismo en la mesita de luz, la primera vez que la viste.


-Hola linda...una vez más...¿Cómo me dijiste que te llamabas?
-No te lo dije...¿necesitas algo?- te preguntó ella mientras sostenía en una mano su daikiri de durazno.
-Tu nombre...y quizás tu teléfono- le dijiste guiñándole el ojo y ya ni a vos te estaba gustando todo esto
-Mirá no me interesas, si? No me muero por vos ni por tu cama, se quien sos, te vi, y ya.





"¿Cómo lograr verte de nuevo? ¿cómo he de recobrar tu corazón? "


Marcabas su teléfono una y otra vez.
Sonaba y no dejaba de sonar.
Vos, intentabas que el mate pase por tu garganta después de exactamente tres días de no dormir bien.
Y fue ahí al cuarto tono (de la quinta llamada) que te contestó.

-Es que no fue suficiente diversión para vos, Pedro? Necesitas más? Tus amigos no te creen aún? - te preguntó ella con su voz quebrada
-No Pau, tenes que escucharme, necesitamos hablar, por favor- le pediste con el resto de voz que te quedaba.
-Y ahora qué? Sos vos el que sufre?
-Estoy sufriendo yo...yo te amo pau- y se lo dijiste por primera vez.
-Me amas? Esto es amar para vos? Odiame Pedro, te lo pido, odiame.
-Vos me odias?- le preguntaste, necesitabas saberlo
-Hace de cuenta que cambie mi número no me llames, me haces mal- te dijo sollozando y evitando tu pregunta.
-Necesito saberlo...me odias?
-Si al menos lograra odiarte, todo sería más fácil- te dijo para luego cortar.



Sentías el sonido llegar, de alguna manera, era algo distinto de un zumbido.
Vos, desde ese fatídico día (en el que muchas veces pensaste pero te autoconvencías de que nunca llegaría) estabas divagando un poco en vos, un poco en ella. Tu departamento se había vuelto tu refugio, los planteos aparecían de a borbotones.
En algún momento de lucidez (aun solías tenerlos) te diste cuenta que era el timbre.
Te dirigiste a la mirilla y pudiste verlo. Le abriste. Traía un JB etiqueta azul.


-Sea lo que sea, no me digas "yo te lo dije", por favor- le pediste, dejándolo pasar.
-Supongo que podré reclamártelo cuando tengas mejor aspecto, no te voy a patear mientras estés en el suelo, yo no soy ellos.
-Entonces no creo que me patees nunca, no se si podre levantarme
-Siempre fuiste tan melodramático? Casi no lo recordaba- te dijo mientras buscaba dos vasos de whisky en la mesita de cristal (herencia de tu abuela materna) que estaba entre los sillones del living.
-No me quiere ver- le dijiste para desplomarte en el sillón más cercano mientras tomabas el vaso que te ofrecía Hernán.
-Yo haría lo mismo si te sirve de consuelo
-No Nan, claro que no me sirve de consuelo- le dijiste frunciendo el ceño y mirándolo a los ojos
-Bueno campeón, no me mires así que no hice nada- y te tiró un almohadón que te había hecho Paula hace apenas unos días.

Te mordiste el labio para no llorar frente a él, porque no te gusta llorar, más si estás en compañía.


-Si te sirve, voy a llamar al delivery

Él, se acercó de atrás y palmeándote el hombro te dijo:

-Llorá tranquilo pepe, no te voy a mirar.

"¿Cómo aceptar que todo ha muerto y ya no hay forma de pedir perdón? "


-Si me seguís mandando flores, voy a tener que poner una florería, y dejar mi trabajo
-Y de qué trabajas?
-No te interesa, guitarrista.
-De verdad pensas que no me interesa? Con todo lo que vengo haciendo, no te parezco un romántico empedernido ?
- No, lo tuyo ya es muy creepy...digo, averiguar mi dirección, mandarme flores todos los días? Te falta el pasacalles...
-Mañana llega...
-Si estás hablando en serio, que ni se te ocurra.
-Ok. Lo cancelo...Qué gano a cambio?
-Plata
-Me pensas pagar? Esto se pone interesante- dijiste colocando la palma de tu mano en la pared de piedra del edificio.

Ella, coloco sus anteojos de sol cual vincha, y a vos te gustó como reflejaba el sol en sus ojos verdes.


-Claro que no te voy a pagar, lo digo por la plata que no vas a gastar.

-Quizás podría usar esa plata para invitarte a cenar
-No voy a cenar con vos- te dijo riéndose.
-Y eso por qué?
-No se...no me interesa.
-Y a mi no hay nada que me interese más que interesarte.


Caminabas sintiendo el frío en tus mejillas, necesitabas eso, no solo respirar aire fresco, sino que el aire rebote en cada parte liberada de tu cuerpo: tus brazos, tu mejilla, tus orejas.

Necesitabas volver a lo tuyo, tener tu cabeza en otro lado, al menos por un rato.
Pensabas que quizás un poco de ensayo con tu banda te vendría bien. Quizás componer, te refrescaría las ideas...quizás así, descubrirías como pedir perdón.


Con tu cara entre las palmas de tus manos te permitiste llorar: en la soledad de tu depresión, en la soledad de la sala de ensayo, una vez que todos se fueron.

"En serio aceptas una cena?"

"Deja, que yo cocino, Pedro"
"Otra vez tenemos que ver esta película?"
"Cómo me hechizaste así, Alfonso? No me lastimes"
"Te quedas a dormir?"



Te colgaste en el timbre...y esperaste a que saliera.

-Es que no lo entendes? No entendes que no quiero verte?
-No se que hacer, Pau...de verdad no se como pedirte perdón...- le dijiste entre lágrimas
-Y yo no quiero que me lo pidas...porque me duele acá...adentro...profundo- te dijo señalando su pecho
-Haría cualquier cosa para borrar la forma en que te enteraste
-LA forma en que me enteré?...por que no haces cualquier cosa para borrarte de mi vida? Hace algo para borrar este amor que siento por vos...-te gritó mientras te golpeaba en el pecho.

Quisiste abrazarla y no te dejó.
Quisiste amarla y no te dejó.
Quisiste volver el tiempo atrás...y no podías.





¿Cómo fue que le pifiaste, como fue que ella se enteró así, de la apuesta? ¿Como fue que vos habías decidido que la amabas, y no lo dijiste antes?





"Qué mal, qué mal, esta absurda y triste historia que se pone cada vez peor"


Estabas sentado en la mesa del living, con el mate como compañía, la notebook como trabajo y ESO como distracción.

Hace dos días había llegado un paquete a tu casa: un sobre de madera te esperaba en tu buzón.
Sin remitente, pero con un perfume que lo delataba.

Habías entrado en tu casa, habías dejado las llaves sobre la barra de la cocina, y te habías sentado en la butaca blanca.
Abriste el sobre y te encontraste con un pequeño cuaderno, tapa azul marino. Lo abriste, era un día a día, con algunas partes marcadas con resaltador rosa pálido.


Día 1

Hoy me hablo un chico, el guitarrista de la banda. Lindo, de los que podrían gustarme, pero sigo negada. Ojalá pueda cumplir mi promesa. Su nombre es Pedro, pero sus amigos nos miraban raro.


Día 2

Cuando volvía hacia casa me sentí observada, creo que la paranoia me esta ganando. Quizás debería pasar mas tiempo dentro de casa. ¿Será que aun no estoy preparada?
Me agobia solo pensar que la gente me mira, ¿es que acaso me ve como un blanco fácil?
En un momento sentí un ruido, pero me di vuelta, y solo vi algunas hojas amarillas caídas de los árboles moviéndose.


Ese día, la habías visto caminar a tan solo unas cuadras de tu casa, la miraste caminar con su andar pausado. Miraba hacia todos lados, como buscando algo, o a alguien. Llevaba una pollera escocesa larga, unas chatas blancas y una remera del mismo color. El pelo recogido, con unos mechones que caían sobre su rostro, te hipnotizaba.
Algo te alertó y te escondiste tras un árbol, ella se dio vuelta y frunció el ceño.

Día 3

Me llegó un ramo de rosas. ¿De quién podrá ser? Hace mucho que nadie lo hace, al menos desde esa época, no se si quiera volver a eso.


¿Eso? ¿Que sería eso? No recordabas algo a lo que pudiera estar refiriéndose.


Día 4

El día estuvo muy nublado, así que me quede en casa. Hoy no me levante de muy buen ánimo. Mañana tengo la reunión semanal con Ana, me cambio el horario para que no me excuse del clima, para no ir.

Día 5

Ana es muy optimista, quizás debería imitarla. Ya pasaron 2 años pero no puedo superarlo aun, eso creo. Veo su rostro en cada persona, y eso me aniquila.
Hoy me pareció escuchar su voz y salí corriendo.

Día 6

No se si esto de contar las cosas en un diario me esté ayudando, lo releo y me asusta. Hoy volvió el guitarrista, no se que quiere. Me pidió mi número de celular...¿Debería asustarme? ¿Contárselo a alguien, quizás?

Día 7

Necesito que su recuerdo me deje en paz. Solo eso necesito

Tu mente divagaba con estos pequeños retazos de lo que aparentaba ser su diario. ¿Sería tu recuerdo del que quería huir?
No recordabas a ninguna Ana tampoco, como para que signifique algo.


Recibiste un mail y la hora del "recreo" terminó, debías entregar unos informes mañana a primera hora. Cortaste un pedacito de papel y lo pusiste separando lo que habías leído. Como si de verdad te fueras a olvidar. Como si de verdad no fueras a releerlo una y otra vez hasta que cobre sentido.

"Qué mal, qué mal, ¿por qué ni puedo hablarte? "

-¿Qué pasa Pepe?- te dijo ella mientras dejaba de cocinar para sentarse frente tuyo
-Paula me pasa.- te sinceraste.
-¿Está bien? ¿Se pelearon?
-Lo arruiné todo nana.
-¿En qué sentido?
-En que ella se enteró de todo, de la apuesta, del juego.
-Te lo dije, Pedro.
-No se que hacer ya, no se como explicarle que las circunstancias cambiaron
-Vos sabías que estabas jugando con fuego, no podes echarle la culpa
-¡Pero que no le estoy echando la culpa, Rosa!- le gritaste mientras golpeabas tus puños contra la mesa de madera.
-A mi no me grites querido, vos te mandaste la cagada.
-No necesito esto de vos Rosa...
-¿Y qué necesitas?
-Que me tranquilices como siempre lo hiciste, que me digas que todo va a estar bien...


-Esto es muy caballero de tu parte
-Es que estoy feliz que hayas aceptado que nos veamos
-Esto es nuevo para mí, quiero que lo sepas- te dijo ella cuando ya estaban sentados en una mesa de la costanera
-No soles salir? Qué es lo nuevo?
-Que me cortejen...es largo de explicar
-¿Qué te cortejen? ¿Qué son esas palabras? ¿De qué siglo venís?- le preguntaste riéndote

Viste que su sonrisa se apagaba y como su cara empezaba a cambiar. 

Supusiste que no había sido de tus mejores chistes.

-¿Y ahora si me vas a decir de qué trabajas?

-Ordeno medicamentos.
-Me querés decir que trabajas en una farmacia?
-Si, pero no al público. No me gusta
-Que lastima, sería un placer.
-Solo para ellos, creeme.


-¿Pedro? ¿Me estás escuchando?

-No, perdón Rosita. Estaba en otra.
-Veo, te decía que aunque les cueste tienen que hablar, tenes que lograr que te escuche.



"Temo que es así, que ya no hay forma de pedir perdón"

Día 8
En realidad no estoy segura de que lo sea, pero quiero mantener un orden. Ayer cené con Pedro, el guitarrista, no recuerdo si lo había nombrado ya. Creo que pude soportarlo, hasta que llegamos a casa (si, me trajo hasta la puerta).
Me preguntó si no lo invitaba a pasar y fue el fin. No se si es posible pero un frío se apoderó de mi cuerpo. Claramente le dije que no. ¿Estuve mal?


-No me dejas pasar?
-Ahora? A mi casa?
-Si, no se, podemos tomar un café si me invitas.
-No, no creo que sea conveniente
-Siempre pones tanta resistencia?
-Ya te dije que no me suelen pasar estas cosas, estoy desacostumrada digamos.
-Un ex que te dejó marcada digamos?
-Fue una linda cena- te dijo para luego dar media vuelta

Día 9
Hola diario, ya ni recuerdo si te saludaba, a decir verdad no me resultás del todo agradable. Ana dice que es necesario.


-Espera!! El viernes...una cena podrá ser? Tengo ganas de cocinar
-¿Cocinas?
-Me defiendo...te paso la dirección de mi departamento?
-Preferiría que sea acá.

Día 10

La pase muy bien...¿Es demasiado pronto? Ni siquiera recuerdo si se me tiene permitido esto.
Pedro cocino lasaña, la verdad me sorprendió. Quizás el destino, me repara algo mejor. Es algo en lo que estoy pensando, quizás tengo derecho a ser feliz después de todo no? Si fueses un hada o alguna de esas cosas místicas y no un diario que escribo por sugerencia de Ana, te pediría que me cuides...¿no me vas a dejar sufrir no?




La cabeza te giraba a mil, los recuerdos se agolpaban en tu mente, casi como un torbellino ibas recordando cada una de las cosas, cada uno de los pasos.


-¿Por qué me miras así? ¿Tengo algo?
-Si
-¿Qué?
-Unos ojos verdes que me están matando.

Ella sonrió.


-¿Que tenes?- le preguntaste. Hay algo en vos que me hipnotiza. Sos como fuerte y frágil a la vez, tranquila y guerrera
-Tengo una vida a cuestas.
-Yo quiero estar en esa vida
-Yo creo que ya lo estás, y no se si me gusta.
-A mi me gusta que me hayas dejado estar. Y me gustan tus labios- le dijiste para luego besarla.


No me lastimes, te dijo entre dientes, antes de continuar el beso. Hoy esas palabras resonaban en tu cabeza.





"¿Cómo lograr que aún me quieras? ¿Cómo lograr que quieras escuchar? Cuando este fuego me desvela... "
Acostado en la cama. Desconoces si es psicótico o no, pero oles la remera que ella usaba para dormir.
Ya ni siquiera es humano la forma en que los recuerdos te persiguen. 


 Día 11

Hoy estuvimos juntos. Digo, de estar estar. Claramente no lo voy a escribir, espero que lo entiendas.
Fue una experiencia muy romántica, me cuidó mucho (en todos los sentidos)
Creo que podría compararlo con la primera vez que salí a la calle después de...bueno, eso. Creo que tampoco estoy capacitado para explicitarlo tampoco.
No se si el tratamiento está dando resultado. Pero me siento bien.
Las pesadillas son cada vez menos frecuentes, eso si es bueno.
Pedro me dijo que estuvo bueno, ya lo creo. De solo recordarlo me pongo colorada.



-Estuvo mal?
-Estuvo muy bien- te dijo abrazándote y llevándote a su pecho
-Gracias por cuidarme
-Siempre



"¿Qué es lo que voy a hacer?¿Qué es lo que voy a hacer si ya no hay forma de pedir perdón?"


-Perdón que insista pero necesitamos hablar
-¿Necesitamos? ¿Ahora resulta que si te interesa lo que yo pueda o no necesitar? Decime...¿Qué querés? Que te diga te perdono todo bien Pedro, gracias por todo, todo muy lindo?- te dijo sacudiendo la cabeza, visiblemente alterada.
-Necesito explicarte que las circunstancias cambiaron
-¿Las circunstancias cambiaron? ¿Me estás cargando?
-Cuando arrancó todo yo no sabía lo que hacía, no sentía nada, era un juego sí, lo admito. Pero hoy no me es igual, hoy te amo, te necesito.
-Ese es el problema, el problema es que sos solo vos- te dijo con lágrimas en sus ojos.

Sentías su cara y sus gestos descolocándose con cada palabra. 
Ahora sí, iban a tener esa conversación. O eso creías.

-Te pido que no me interrumpas- te dijo ella.
-El problema- siguió- es que no dejas por un momento tu parte egoísta, el momento es que hace semanas me venís pidiendo perdón, el problema no sos vos, ni tus estúpidos pedidos de perdón. El problema no es que no sepas como disculparte, acá y por un momento si te podes detener a pensar, vos estas bien. 
Vos querías ganar una apuesta, la ganaste.
Querías demostrarle a tus amigos que sos un galán que todo lo puede, te felicito.
Querías llevarme a la cama, me llevaste.
Vos querías disfrutar, creo que lo hiciste.
¿Querías que te ame? No me respondas, no quiero ni saberlo, pero ¿sabes qué? Lo lograste.
Pero el problema soy yo.
Yo no quería enamorarme, no quería conocerte.
Yo solo quería salir a la calle, sin sentir que me moría, quería ver a las personas y no sentir voces. 
Quería ser normal sabes?- te dijo limpiándose las lágrimas.
El problema soy yo porque te di todo, confié en vos.

No es que no haya manera de pedir perdón. No hay forma de quitarme este amor que siento por vos, y eso sí me duele - te dijo afectada, llorando. Casi gritando, inusual en ella.

-¿Qué es lo que me mandaste?- fue lo único que pudiste articular. Querías abrazarla.
-El paso a paso de como creí en vos y como aniquilaste todo. El paso a paso de mi recuperación.
-¿Hoy ya no te sentís morir?
-No. Quizás eso podría agradecértelo. Aunque hoy siento que sí quisiera morirme.




Se fue. Y te dejó con más dudas que certezas.



Llegaste a tu casa, y tomaste el diario. Querías terminarlo. Pero el trabajo te lo impidió, mañana sería otro día.

Te levantaste. Preparaste el mate, tomaste el diario y le diste play al contestador automático.



"Hola Pedro soy Ana, cuando puedas comunicate conmigo, te dejo mi celular"

"Pedro, Ana otra vez, llamame, estoy preocupada"



                                                                                                                  ...


lunes, 2 de septiembre de 2013


"Sexo, silencio, suspirar sobre su boca."

Tu respiración entrecortada te molestaba por demás, vos al 100%. Él, en un escaso 40%.
Vos suspirabas ternura, él agotamiento.
Abriste tus ojos verdes, y te encontraste con sus ojos marrones. Desviaste tu mirada hacia su nuez de adán y viste como tragaba lentamente y con dificultad, como esperando. Esperando tu reacción.
¿Sería posible encontrarse en sintonías tan distantes? Vos tan feliz y el tan infeliz. Vos tan amor, y el tan desamor. Vos tan "te amo", y el tan "te amé".


-Es un chiste?-le preguntaste alejándote de esa cercanía peligrosa.
-Estoy siendo lo más sincero que puedo, Pau. Perdoname - te dijo intentando tomar tus manos entre las suyas.

Llevaste tus manos temblorosas a tu boca, tapándola. Como reteniendo la angustia. Como si eso bastara para cubrir la herida, para cubrir la sorpresa. 

Si volvieras el tiempo atrás, tan solo media hora, te encontrarías tirada en el sillón, anhelando que Pedro traspase la puerta. Ideando la mejor manera de hablarlo. Feliz, por demás. Repasabas los últimos días.
Sentías algo interno, raro, impredecible. Pero vos y él son impredecibles, ya nada te asustaba. Cuatro años juntos te habían preparado. Cuatro años, que hacian que lo ames más y más. 
Te levantaste a preparar el mate, como a pepe le gustaba. 
Lo sentiste llegar. Sentiste sus llaves contra la mesa de vidrio del living. Sentiste su perfume A Men By Thierry Mugler. Tus fosas nasales se inundaron de su aroma. Del aroma de tu amor.
Te diste vuelta a mirarlo. Sonreíste. 
Finalmente, un "Tenemos que hablar" al unísono, de ambos, te declaró el jaque mate.

¿Se vuelve del jaque mate?

"Ese verano vino visceral, llenó mi copa"

-No quiero arruinar todo y siento que no doy más.
-Te cansé? Es eso?- le preguntaste con tu rimel corrido.
-No sé.

Cerraste los ojos.  Sentiste tu saliva atravesar tu garganta. Tu mano izquierda recorrió tu cara, enjuagandote las lágrimas, presionando tu nariz, acariciando tu pera, para terminar en tu pelo. Te agobiaba la situación. Te agobiaba él, y te agobiaba aquello que nunca le dirías.

-Contame todo- le pediste, hipando e  intentando tranquilizarte.
-No creo que se neces...
-No me importa lo que creas o no necesario neneeee!!!- le gritaste, con tu respiración ya imposible, ya galopando
-Siempre me dijiste que nunca me perdonarías una infidelidad
-Te acostaste con ella?- lo interrumpiste
-No, pero algo me pasa. No quiero arruinar todo, paupi. No quiero tirar a la borda estos 4 años.
-VOS, no queres arruinar nada? Es que no te das cuenta que ya arruinaste todo? No queres tirar a la borda todos estos años juntos y para solucionarlo te parece que esto es mejor? Te parece una idea re copada decirme que te enamoraste de tu secretaria? Te parece super cool pedirme un tiempo para acostarte con ella sin culpas?????- le preguntaste, llorando, golpeándolo.
Él, intento frenarte. Con sus brazos retuvo tus muñecas tras tu cuerpo, siseando para calmarte.

-Soltame Pedro!! No ves que te quiero odiar, quiero desfigurarte la cara, necesito odiarte, dejame odiarte- y tu voz se volvía inaudible. Tus lágrimas inundaban tu cara. Tu fuerza desaparecía, y te desplomabas en sus brazos.

-Dejame odiarte- le pediste en un susurro.

A fin de cuentas, el final de la historia, coincidía con lo que proyectabas para esa tarde: terminar en sus brazos. Pero no así, así no servía, así te desarmaba, te sacudía, te partía el corazón, te inundaba de dolor.


"No puedo quedarme más, prepara mi equipaje: voy a pelear otra nueva guerra en este viaje"

Él se habia ido a dormir a lo de Hernán. Vos, aprovechaste a juntar todo.
Ni bien se había enterado, Luciana, la hermana de Pedro, había ido corriendo a buscarte. Más que una cuñada, una amiga.

-Qué fue lo que pasó?
-No se Lu, a mi también me encantaría saber.
-Y por qué te vas?
-Y que querés que haga? Que me quede acá esperando a ver si trae a la otra boluda? Que le haga la comidita para cuando viene de trabajar?
-Es un tarado, definitivamente. Te juro - y la viste morderse su labio inferior- que no lo entiendo, lucharon tanto para estar como están ahora. Vos sabes que las puertas de casa siempre están abiertas para vos.
-Gracias Lu.

Guardabas los portarretratos y los recuerdos te invadían, te sacudían.
El primer beso, el primer mensaje. El primer desayuno. La primer pelea, la primera reconciliación.

-Hace una semana te operaste, te dije específicamente, que no salieras.
-Vamos, Pedro, si ya salí antes, si te pasó algo en el trabajo no es mi culpa.
-Si te sentís perseguida no es mi culpa, por algo será.- te dijo marchandose cual novela mexicana.

-Dale Pedro, tenemos que hablar- le dijiste desde el umbral de la puerta del comedor.
El muy tranquilo se sentó en el sillón y encendió la tv.
-Pedrooooo!
-No tengo nada para decirte, ni me interesa escucharte... 
-Por ahí a otro sí-agregó en una voz casi inaudible
-Qué dijiste?-preguntaste con una sonrisa socarrona 
-Nada, dale Paula, andate!
-Me voy después que hablemos,  no seas histérico Pepe-le dijiste en voz baja y agachándote a su altura.
-Disculpame por ser histérico y no perfecto como Luca, ¿Por eso lo viste?- te dijo con impotencia y rabia, pero aún esquivándote.
-No paso nada! Ya te lo explique mil veces!!!! Fue una charla de cortesía
-Que te mande un telegrama entonces, para que verlo?
-Me estoy cansando Pedro. Fuimos a Starbucks, 800 personas alrededor, 17 hs. Fui super cuidadosa, y no dejé entrever nada que pudiera llevar a confusión.
-Y qué? te tengo que agradecer que no lo trajiste a casa?
-Ufffff, me hartás!-le gritaste dando un portazo.

Media hora más tarde volviste a entrar. El, más tranquilo. Vos, más todo o nada.
-Jugaste alguna vez al gallito ciego?-de pronto le preguntaste
Sus ojos se agrandaron a la par que sacabas de tu bolsillo derecho una venda.
Te sentaste a horcajadas de él. Colocaste la venda en sus ojos. Besaste su cuello. El susurró en tu oído: "Quitame la venda sin anestesia" . "Todo" le respondiste.  

Resoplaste. Volviste a éste, tu mundo. Tu desbarranco. Tu peor es nada. Peor es nada? Repetías esa frase en tu cabeza, para hilar un poco la historia, para entender que pasó, en que fallaste.
Nunca habías sido demasiado celosa, lo necesario. Procurabas no ahogarlo, procurabas mimarlo, y cuidarlo.
Jurabas que estaba todo perfecto. Hoy te dabas cuenta que era todo unilateral, que no recordabas cuando fue la última vez que fueron juntos a la par.

 Terminaste de juntar tus cosas, ya ibas saliendo y escuchaste el ruido de llaves. Inhalaste y exhalaste. Varias veces.

-Te vas?
-...
-Pau, hablemos.
-No, no quiero saber nada de vos, no quiero oír tu nombre, ver tu cara. No quiero luchar por vos, no tengo fuerza, eso lo entendés?
-Es un tiempo el que necesito, no seas dramática
-Me dejás por una mina que se te pasea por minifalda or la oficina y la dramática soy yo?
-No quise decir eso, lo sabes
-No, sabes que Pedro? Ultimamente siento que no se nada de vos, pero nada eh!
- A donde vas a ir?
-No importa.

Tomaste tu valija y te dirigiste a la puerta de entrada.
-Pedro?
-Si Pau..
-No te odio sabes? Y me encantaría odiarte, porque me ayudaría a sentir menos dolor, menos frustración, pero aún así no logro odiarte, al fin y al cabo solo fuiste sincero no? Nada, quería que lo sepas, que sepas que hoy me duele como nunca amarte como te amo.


"Lluvia, ciudad, apagón, en una nota"

-Te dije que no te iba a preguntar nada, pero ya van dos días eh.
-Qué?-le preguntaste saliendo de tu trance
-Que si no pensas contarme que pasa.
-Y por donde empiezo?
-No se, no hay luz. Llueve. Los chicos están en el cole. Tengo tiempo de sobra
-Dónde voy a conseguir una mejor amiga así?-le preguntaste a Martina con una tibia sonrisa
-Si ya me tenés a mi para que querés otra? Pensas irte? jajaja

Y a su risa, tu mejor respuesta fue el silencio.

-Bueno, no, ahora si quiero saber que pasa. Y no nos vamos a mover hasta que me cuentes todo.
-Ok, prepara el mate que es largo, o corto, no se. La verdad? no se.

Historias de diván. Siempre pensaste para qué un psicólogo, si tenes a tu mejor amiga, y encima no te cobra.
Martina es tu mejor amiga desde los cinco años. Te conoce de derecho y de revés. Ella es la susanita de tus amigos. Dos hijos: mellizos de 6 años. Un esposo último modelo como le decis vos. Ella es todo para vos, casi una hermana. 
Hoy es tu refugio, como siempre que lo necesitas. Hoy, te toca contarle que te pasa: como, quién y por qué.
Hoy es tu historia la que contas, hoy no le sacan el cuero a nadie, hoy no te toca contarle la última vez que Pedro quemó la comida. Hoy no sabes si te toca reir o llorar. Hoy te sentís mal por no estar feliz, y te sentís mal por no estar triste.
Dicen que a las heridas solo las sana el tiempo, que aunque permanecen, comenzás a entender como convivir con ellas. Comenzás a ver la cicatriz como un aprendizaje, como una marca que te acompaña toda tu vida.
Y para eso necesitas procesar, porque todo fue tan abrupto. Todo fue tan de repente, que dudas seriamente si alguna vez, te detuviste a pensar al menos dos minutos lo que paso en los últimos tres días, cuatro mejor dicho.

"Un hijo sin padre está esperando en cada gota. "

-Nos separamos, bah, el se separó de mí.
-Eh? Qué paso?- te preguntó Martina tratando de no ahogarse con el mate.
-No sé-le confesaste con la mirada perdida, aunque desconocías si le explicabas a ella, o a vos.

Te diste vuelta a mirarla, y ahí estaba ella, expectante. Esperando. No queriendo invadir, pero con su ansiedad característica.

-Yo...lo estaba esperando, como todos los días, con el mate listo como a el le gusta...o le gustaba no se, y el parece que se había venido con toda la sinceridad del mundo.
Viste cuando preferirías que la gente no sea siempre sincera?- ahora si le preguntaste
-No entiendo Pau, vos siempre odiaste la mentira.
-Parece que repito mucho esa frase porque el me dijo lo mismo.
- Y qué más te dijo?
-Que le pasa algo con la secretaria
-QUE??????
-Eso. Parece que el croupier de nuestra historia canto no va más
-Pero es un tarado, que le pasa?
-No se, creo que todavía no estoy como para tener una charla frente a frente,  pero me dijo que era para no lastimarme. No entiendo que hice mal Marti, te juro. Por que no puedo tener una linda historia como la tuya?-le preguntaste con tus ojos verdes ya cristalinos.
-Ya amiga, ya va a aparecer.O lo van a solucionar.

La charla se vio interrumpida por José que llegaba de trabajar.

-Hola Pauli, hola mi amor- dijo José saludandola.
-Hola amor, como te fue? Mejorás el mate y te sentas con nosotras?
-Claro, y traje unas facturitas
-Mmmmm que rico Jo!!- le dijiste dedicándole tu mejor sonrisa.

-Dejamos el tema acá y después seguimos si?
-Claro...Marti?
-Si, Pau, decime.
-Estoy embarazada.

-Le puse menta está bien?-preguntó José.

Blanco. Verdad. La primera vez que lo decías en voz alta. Nunca viste a tu amiga tan descolocada.


"Ya no me expliquen más, las explicaciones no me satisfacen. Voy a intentar algo nuevo en esta frase"

-No puedo creer que me lo hayas tirado así, sin más. Vos cómo te sentís?
-No se- le contestaste suspiro mediante. Rara. Contenta porque es lo que siempre quisimos, y mal porque no se da en las mejores condiciones, me entendés?
-Como nadie, amiga. Cuándo se lo pensas decir? Después de los análisis?
La miraste sorprendida y con el ceño fruncido.
-Nunca. Qué te hace pensar que se lo diría?
-No, Paula, no podés. Es su hijo también, no tomes decisiones unilaterales.
-Bueno, basta vos sos mi amiga y no de él. Y este es mi hijo. Punto final. No lo voy a atar con algo que no quiere.
-Y como sabes que no lo quiere?
-Bueno, no lo se, ni lo voy a saber. Pero no le voy a arruinar su etapa de soltería, quería disfrutarla, que la disfrute.

Habían decidido salir de shopping. Ya habían pasado más de 48 hs desde que le habías contado a Martina que estabas embarazada. 48 hs de digerir, de pensar, de proyectar, de pensar una y mil veces que harías con Pedro, con el bebé, con vos. 48 hs de sufrir por demás, de alegrarte aún más. Dos días en que las lágrimas eran tu compañía de noche.

Y miraste a ella, tu amiga. Su cara de pánico te había llamado la atención. De pronto viste como se movía, como te giraba, como si quisiera que no vieras algo, pero eso había llamado aún más tu atención.

Y era él. Y era el con ella. Y era tu corazón el que se partía. Y era su mano en la cintura de ella, lo que te destrozaba, un poco más, a cada instante. Y eran tus ojos los que repartían lágrimas a tus mejillas.
Y de pronto, tu mundo, tu pequeño mundo que intentaste calmar hace una semana, se derrumbaba.
Ella le sonreía, y a él se lo veía feliz. Y te diste cuenta que el nunca aceptaría a tu hijo, o que lo aceptaría pero arruinarías sus planes, su vida. Descubriste que habías perdido. Lo descubriste lejos, que ironía, estando tan cerca.
Miles de imágenes recorrieron tu mente: besos, veranos, inviernos, peleas, reconciliaciones.
Y una pregunta, tan solo una, te llevaba al abismo: por qué volviste a confiar en este tonto juego del amor? Por qué después del dolor que pasaste? Es que quizás un solo desgarro del corazón no te fue suficiente. Lo habías prometido, prometiste no volver a enamorarte, prometiste enterrar tu corazón junto con el de Martín, no lo hiciste, y así te fue.



Dejaste que la brisa de la mañana golpee tu cara, llene de aire fresco tus  pulmones y las dichosas lágrimas recorrieron tu mejilla derecha, tu ánimo ni siquiera te permitió borrarlas, o al menos disimularlas. Llegaron a tu boca (sin labial, poco usual en vos, pero las condiciones lo ameritaban) y sentiste un gusto dulce recorrerte, tan distante de tu estado en ese momento.

Abriste los ojos lentamente (que previamente habías cerrado, producto del dolor desgarrante que te acompañaba) y la luz te encandiló. El brillo de la mañana te llevó a preguntarte por qué. Por qué a el. 
Un año de agonía, de verlo en tus sueños, de sentirlo cerca, de preguntar a todo y a todos por qué, de pedir irte con él, de reclamar a los santos, de reclamar a vivos y muertos, de pedir un poco de piedad. Un año de depresión, de creer verlo en cada esquina, en cada cine, en cada supermercado, de correr a cada banco de plaza. Un año de ver su mirada en todos los ojos azules que te cruzabas, de oír su voz en cada hombre; para luego caer en la cuenta que ya no, ya no sería posible.
365 días que te planteaste como seguir, como vivir después de ti. 365 días de llorar su ausencia, de pensar que hubiera pasado si no hubiera agarrado el auto esa noche.

´Y llegó el momento de dejarte ir, mi amor, mi gran amor… Martín, te extraño cada día más si eso es posible´ – Murmuraste para vos misma, tratándo  que cada palabra se grabe a fuego en tu mente, en tu cerebro, ya que tu corazón hace rato no te daba ni la hora – Sabés -continuaste- fueron momentos difíciles para mí, vos lo entendés no? Y te sentiste rara hablando, y acariciando, una lápida fría. Pero todo esto es necesario, necesito dejarte ir, y yo necesito quedarme acá, necesito cerrar nuestra historia, y necesito que me perdones. Hoy...Hoy me toca amarte desde el recuerdo, pero nunca te voy a olvidar, te juro...


Y de pronto...negro. No supiste nada más.
Lo más cercano fue vos en la sala médica del shopping. Con lo que odiabas el olor a enfermería/hospital.
Abriste los ojos lentamente y te encontraste con Martina, mirándote y sonriéndote.

-Como estás?
-Bien, creo, no me acuerdo de mucho, solo que lo vi y no mucho más
-Si, ya está, ya pasó. Ahora viene Jo con los mellis a buscarnos.

"Abran fuego. No me rindo fácil. Siempre hay otro vuelo. Y es tu última chance. Afilate. No te dejes ir en el...último intento"

 Habías adquirido una nueva rutina. Tu rutina. Tuya y de tu hijo, nadie más. Cuatro meses sin saber de él y sin querer hacerlo.
Compraste un departamento para comenzar de cero, para arrancar de nuevo.
Lucas, tu mejor amigo, te estaba acompañando en todo esto pero aún así eras una madre soltera y cada día te pesaba más. Cada día te pesaba más no decir nada, cada día te pesaba más, pensar que el podría estar revolcándose con ella. Las imágenes no paraban de proyectarse en tu cabeza: el, ella, vos, tu panza, lucas, martina, todos pensando, dando sus opiniones, sus consejos. Un día tu mente iba a explotar, claramente, solo esperabas que ese día este lejos, lejos.

"14.00 hs ecografía" . Leías el papelito una y otra vez. Hoy, quizás, podrías conocer el sexo de tu bebé. Martina estaba preocupada porque tenía reunión de padres y no podía ir con vos, pero Lucas, como desde hace varios meses estaba ahí, ahí para vos. Quizás medio tonto de tu parte pero se sentía bien. Vaya que se sentía bien tener alguien acompañándote, estando ahí para vos, cada vez que lo necesitaban.

-Paula? -Te llamaron desde el consultorio.
Lucas y vos pasaron. El miraba para todos lados, se ve que era su primera vez.


-mmm me siento por acá?-preguntó Lucas timidamente.
-Papá primerizo?- se rió Carlos, el encargado de mostrarte a tu bebé.
Viste la sonrisa incómoda de Lucas y saltaste.
-No, el es simplemnete un amigo.
-Ah, disculpen. Mirá ponete acá, de este lado, porque sino quedas de espalda a la pantalla, y lo querés ver no?
-Si, claro si se puede me encantaría.
-Bueno, quieren conocerlo?-Preguntó Carlos finalmente.
Y tu sonrisa no podía ser más grande, no podías estar más feliz,  bueno si, pero eso no pasaría , esto era tu vida, no una película y el no aparecería corriendo con un ramo de rosas y gritándote te amo.

-Paula?-te sacó el médico de tu trance.
-Sisi perdón-
-Bueno, acostate en la camilla y levanta un poco tu camisa. Bien, Lucas saca esa cara de pánico, no pasa nada esto es un ecógrafo trabaja con ultrasonidos y esto de acá- dijo señalandolo- es un transductor que capta los ecos de las ondas sonoras y por medio de la computadora se va a transformar en una imágen que es lo que queremos ver si?
-Y...al bebé eso no le molesta?- preguntó Lucas con la ceja levantada
El doc se echo a reír y a vos no te pudo dar más ternura, o si, cuando lo viste ruborizarse.

-Puede que esté un poco frío- comentó el médico mientras colocaba un gel.
-Ahí está lo ven?-siguió.
Las lágrimas recorrían tu cara, la emoción te desbordaba. Pasar de la idea de estar embarazada, a verlo a través de esa pantallita era emoción pura. Te hubiese encantado que la situación fuera otra, que el que estuviese ahí al costadito lagrimeando no fuera Lucas, sino Pedro.
Con la cantidad de veces que habían soñado algo así, una noticia así, una vivencia así.
Pero para el ya no más, el hace meses no formaba parte de tu vida, o bueno si, pero intentabas no recordarlo, no tenerlo en cuenta, ilusamente. Las noches cada día se te hacían más largas. Tu familia te reprochaba que hayas cortado el vínculo con el y su familia sin decírselo. La única que lo sabía era Luciana a quien le hiciste jurar por su vida y la de sus hijos que no diría nada, porque ahora las decisiones las tomabas vos.

La ecografía había terminado satisfactoriamente con la noticia de que una linda nena venía en camino. Lucas, después de aproximadamente 10 minutos, pudo entender como esa mancha blanca era un bebé.

-Paula?
Te diste vuelta de espaldas al pasillo, ya en el medio de él (del lado de afuera del consultorio) y le preguntaste: si?
-Lejos de querer meterme, vi muchos casos por acá, si el papá del bebé no lo sabe decíselo, es su derecho.
Asentiste y quisiste armar una sonrisa que nunca te salió.
Lucas te miraba como quien vio un fantasma con sus ojos verdes saltones.
-Qué pasa? -le preguntaste con el ceño fruncido. Y un "estas embarazada ?" a tus espaldas te heló la sangre.

"Voy a cantar mi canción, no queda tiempo. Éste es, para mí, y por vos, el último intento"

-Paula, estás embarazada?-te repitieron a tus espaldas.
Te diste vuelta lentamente, aunque ya sabías perfectamente de quien se trataba.
-Hola-le dijiste mordiéndote el labio inferior. Si te digo que no me crees?
El se acerco lentamente, expectante, hace mucho no se veían.

-De cuánto estás?
-Cuatro meses
-O sea que...
-Si- lo interrumpiste, temblando, jugándo con los dedos de tu mano, intentando no mirarte a los ojos.
-Lo sabe?
-No, Fede. No lo sabe, y prometeme que no se lo vas a decir prometemelo, le suplicaste.
-Yo no puedo hacer eso Pau, es mi hermano. Te adoro y lamento mucho lo que pasó, pero no puedo no decirle
-Por favor Fede- le volviste a suplicar con lágrimas en los ojos. Yo... yo me hice fuerte para completar su ausencia, para sufrir menos, para intentar no recordarlo mientras llevo un hijo de él en mi vientre, vos podes imaginar lo difícil que es?
-Y por que le quitas este derecho? Yo creo, no, yo estoy seguro que sería muy feliz con la noticia.
-Pero por favor Federico, el me dejó porque se quería acostar con la secretaria, el ya no me ama, y por lo tanto no va a querer a su hijo, y yo trabajo y no necesito de su apellido ni que me pase una cuota alimentaria, no lo necesito.
-Lu lo sabe?
Miraste el suelo porque lo único que no podías permitirte en este momento era dejarla evidenciada.
-Eso es un si, deja, ya entiendo todo.
-Ya entendes que? Ella no tiene la culpa, yo le pedí que no se metiera. Entendeme Fede, si yo me veo amenazada de que tu hermano se enterara yo automáticamente desaparecería, incluso, de la vida de ustedes.
-No creo por ahora que mi hermano se entere. El no está en el país no sabías?
-No ni me interesa, como, cuando ni con quién.
-No es lo que pensas
-No me importa, basta.
-No puedo creer que vaya a ser tío.
-Y de una nena.
Y lo viste sonreír, y aunque hubieses preferido que no se entere, te sentiste bien por tener a alguien más cerca y que tu hija tuviera un tío que la va a amar como estas segura que el lo va a hacer, aunque le vaya a costar horrores esto de tener que "traicionar"  a su hermanito.


"(Y de ahora en más cada uno será) realmente el último. O estaré en guerra con el mundo"



-Viste, y vos que no le tenías fe.
-Bueno, bueno pasaron dos meses nada más y por lo que se tu hermano sigue en el exterior
-No se, yo te prometí no hablarte de él. -Si, tenes razón. Te conté que ayer Fede me trajo unos conjuntitos rosas hermosos? Quiere que se los ponga para salir de la clínica. Está re baboso
-Nono, yo soy la tía malcriadora, no vale, yo lo supe primero, me corresponde a mi ese vestuario, Paula! No me podés hacer eso.
-jajajajaja, no se mirá falta todavía
-Pero si está gigante mi bebota, mira lo que es esta panza!!!-te dijo mientras acariciaba tu vientre de 6 meses bastante avanzados.
-mmm, sabes que tía malcriadora? Esta bebé se muere por helado no tendrás de casualidad?
-Obvio para mi sobrinita todo
LA viste irse y te relamías. Lu tenía siempre helado, si no era por sus hijos, era por vos, hasta ahora eso y el mousse de chocolate eran tus antojos de cabecera.
-Y?????? Dale que Mía va a salir con forma de helado!!!
-Jaaaa, espera que tocaron la puerta debe sr algún vecino y voy
-bueno dale
-Y nenaaaaaa? -Gritaste al ver que a los 5 minutos no volvía. Dale Luuuu que tu sobrinaaa tiene hambreeeee!- volviste a gritarle, aún a de espaldas a la cocina, y por ende la puerta del departamento.

-Qué sobrina?-te preguntó una voz que te resultó muy familiar.
La sonrisa se borró de tu boca. Quisiste que la tierra te trague, pero sobretodo hiciste la cosa más tonta que podes recordar haber hecho en los ultimos años: intentaste tapar con tus manos una panza de 27 semanas.
Lo tuviste enfrente y no supiste que decir, que hacer.

-Qué hacés acá?
-De cuánto estás?-te dijo arrodillándose frente a vos y con sus ojos cristalizándose.
-No te importa, que hacés acá?
-Claro que me importa, de cuánto estás? Es mío?
Intentaste evadir su mirada, no sabiendo bien como encarar esta situación.
Su mano derecha tomó tu cara e hizo que lo miraras directo a los ojos, Luciana, parece que había decidido retirarse ya que no la oías ni veías en la sala.
Tragaste lentamente.  Cerraste los ojos. Volviste a abrirlos y con los ojos llenos de lágrimas, reconociste lo inevitable: "27 semanas. Si, es tuyo"

No sabías que reacción esperar. Un par de puteadas quizás hubiese sido lo más lógico. Y sin embargo, su reacción fue levantar tu remera y besar tu panza. Se quedó ahí desconoces cuanto tiempo, hasta que sentiste algo húmedo en el vientre. De pronto, el se separó y borró los rastros de lágrimas con que te había salpicado.

-Qué hago?
-Con que?-le preguntaste confundida
-Tengo ganas de enojarme. Pero no se si con vos, por habermelo ocultado. O conmigo por haberte dejado.
-Esto no cambia en nada, es más yo no quiero nada de vos, no lo necesito. No necesito tu lástima ni tu caridad.
-De qué lástima me hablas?
-No quiero que saques el discursito de que te arrepentís de haberme dejado, de que querés que volvamos a estar juntos ni nada similar. Yo...yo seguí adelante, y no te necesitamos.
-Es mi hijo.
-Hija.
-Es una nena?-te preguntó ampliando su sonrisa
-Mía.
-No, es mi hija también, creo que sabes que no se hacen solos los bebés no? No me importa si vos tenes otra pareja o no. Es nuestra hija, no es tuya.
-No, que se llama Mía. El nombre es Mía.
-El que habíamos elegido...
-Cuando sea la próxima ecografía te aviso por medio de Lu si queres- le dijiste parándote, pero te mareaste y todo te giró.
El se apresuró a sostenerte y llevarte hasta el sillón.
-Estás bien?
-No me siento del todo bien. Llamá a Lucas o a tu hermana.
-Lucas es el médico?
-No, Lucas...Lucas Distirof, mi amigo.
-Oh, sisi, claro lo llamo- y viste como su sonrisa se desdibujaba.

"Todo terminó, pudimos ser felices toda la tarde, pero un reloj salvaje deshizo al sol
tiñendo burbujas de naranja"

-Qué bueno pero no soy Paula, soy Pedro
-...
-Si, estoy en casa de Luciana mi hermana, y Paula se mareo... me pidió que te avise...
-...
-Sabes donde queda?
-...
-Le digo, gracias

-Dice que ya viene-te comentó él algo ¿desanimado? . Ah- agregó como quien no quiere a cosa- dice que le compró una ovejita rosa para el cuarto
Intentaste sonreír pero todavía no te sentías bien del todo y la reacción de Pedro no estaba ayudando demasiado.

-Pau?
-mmm
-Quién es Lucas en tu vida?
El timbre te dió el respiro que necesitabas.
Lucas entró disparado hacia vos, con una oveja rosa gigante, como la que habían visto en el shopping la última vez.
-Como estas preciosa?-te preguntó besándote la frente
-Creo que me levanté muy rápido. Tendré que llamar al doc? Vos que decís?
-Mmm, si querés te llevo a casa, a tu casa digo- se corrigió rápido ante el ceño fruncido de Pedro- y ahí lo llamamos.
-Si, creo que sería lo mejor
-Yo también podía llevarte a tu casa- dijo de pronto Pedro.
-No quiero traer problemas
-Es mi hija también, o es de Lucas? Porque parecería que el tiene más derechos que yo
-El estuvo conmigo los últimos seis meses, claro que tiene más derechos que vos- le dijiste enojada, pero te arrepentiste en ese mismo instante. No quiero pelear-le dijiste ahora más calmada, no me hace bien ni a mi ni al bebé. Dejame reponerme y te llamo y los hablamos tranquilo y como hacemos de ahora en más.
-Y yo a quién le pregunto todo lo que quiero saber? Me dejás un 0-800?- te dijo entre nervioso y enojado, rascándose la nuca.

Y ESO por más insignificante que fuera, te dejó helada. Porque te pudo, te puede, porque por más que intentaste hacerle creer a tu corazón que era una herida que ya sanó, te diste cuenta que no. Que Mía nunca dejaría ni permitiría que te sueltes, de él, del padre de tu hija, tu primer hija. Pero peor aún (o mejor aún, todavía lo desconocías), nunca podrías alejarte del amor de tu vida.
¿Cómo se hace para volver a intentar? ¿Cómo puede ser que el corazón sea así? ¿Qué no te permita cerrar por completo una herida? ¿Por que el muy estúpido no trabaja racionalmente como el cerebro? ¿Cómo hacer para pedir ayuda, para decir te amo, para decir volver conmigo?
¿Cuándo hay que dejar del lado el orgullo ? ¿Cuándo hay que aceptar que amas demasiado, tanto a alguien que ni siquiera sabes si serías capaz de dejarlo ir? ¿Cómo podrías luchar contra otra mujer, sin que pareciera que usas a tu hija de rehén?
No. No. No. 100 veces no debo. Ahora no estás sola, ahora sos responsable de alguien más y Pedro por mucho que quieras no te puede engañar con un par de palabras bonitas.
Finalmente, te autoconvenciste que haberle ocultado a Mía fue la mejor decisión que pudiste haber tomado.

-Si, 0-800- MaduraYDespuesLlamame


"Fue para decir adiós que me senté sobre tu falda. Estaba despidiéndome, aunque vos no lo sabías. Igual te quedaste blando, mirándome a los ojos? Y me contestaste con tres besos dulces."
"Podemos hablar?" y si, su mensaje te había dejando recalculando. En cualquier momento tocaría el timbre y no sabias muy bien como encarar la situación, ni siquiera tenían en claro que es lo que querías realmente.
Timbre.

Y moriste de amor. Si. Aunque tu cerebro piense que es un "acto reflejo". Lo primero que viste fue un conejo blanco con la orejas caídas en color beige y un chupete en lo que supusiste sería su boca.

-Habrá lugar en la habitación para el primer regalo de su papá?
-Claro, siempre va a haber lugar para lo que quieras comprarle.

Pasaron al living, aunque el te preguntó si no estabas haciendo reposo. Una pequeña alarma se encendió en tu cabeza, el estaba siendo demasiado considerado y tierno para tu gusto.

-En serio, lamento todo lo que pasó.- te tiró así de una.
-No, no necesito que hablemos de eso Pepe. Ya pasó, ahora quiero que nos enfoquemos en Mía y nada más. Vas a querer acompañarme de ahora en más? Pienso que lo mejor es que si tenés ganas de hacerlo lo hagamos juntos como sus padres, sin dobles intenciones.
-Claro, si más vale quiero ver todas sus ecografías, quiero acompañarte de ahora en más. Podemos hacer un curso de pre-parto o ya lo hiciste? Porque pensé que sino podía ir yo a tomar unas clases para el día del parto
-En serio? Querés presenciarlo?
-Más vale es mi primer hija, quiero estar ahí, ver cuando sale, ver cuando la limpian, escuhar su primer llanto, ver cuando la amamantas por primera vez, quiero ser el primero que le coloque un chupete. El temita que me tiene un tanto preocupado es el pañal, yo no cambie nunca ninguno, eso lo podemos delegar a los tíos queres?- te dijo acelerado (muy él)
-Es muy tierno de tu parte, pero yo puedo cambiarle los pañales tranquilamente. Vos, solo tendrías que cumplir tu rol de padre.
-Pau, tengo una reunión ahora, pero mañana puedo pasar a...a ... a ver como está Mía?
-Si, llamame antes por las dudas.
-Pau? De verdad lamento que todo esto se de así.
Te quedaste mirándolo mientras se acercaba a la puerta del departamento.
-No pasó nada con mi secretaria, por si te interesa-te tiró para luego cerrar la puerta.

Una pequeña frase. Un gran contenido para vos. La pregunta es que harías con esa frase.
Cerebro Vs. Corazón. Un round difícil por delante.

"Desnudándome al sol, mientras te oigo luchar con unos parlantes que ya no andan me sentí tan bien que llegué a pensar"

Dos semanas en que tu vínculo con Pedro había cambiado y mejorado notoriamente. Los padres de él y sus hermanos estaban chochos con la panza y contaban los días para que llegue la niña. Más de una vez tu ex suegra te había comentado cuanto lamentaba que no estuvieran juntos otra vez, que más allá de Mía merecían ser felices , merecían otra oportunidad.

Estabas tomando mates con Lucas que había venido a visitarte junto con unos pretzels que eran tu perdición.
Y ya que estaba ahí aprovechaste para pedirle que le pase barniz al caballito de madera que te habían regalado tus amigas.
Pedro hacía diez minutos que te había mandado un mensaje a ver si podía venir.
Le respondiste que sí que estabas en tu casa.
18.25 estaba tocando el timbre de tu casa.
Llegó con un enterito blanco, y detalles en rosa para la beba, para su primer salida. Parece quen para los Alfonso, tenía un significado especial la salida de la clínica.

-Paso a dejarlo en su cuarto-te dijo sin darte tiempo a reaccionar. A pensar.

Escuchaste un "Hola Pedro" de Lucas y escuchaste como Pedro volvía furioso sobre sus pasos.

-QUÉ significa esto Paula?
-Qué significa que cosa?
-Por qué Lucas está pintándole el caballito a MI hija?
-Es que andaba por acá
-No. Yo entiendo que cuando no estaba tenías que buscar alguien que te de una mano, pero yo estoy acá es MI hija no de él, es nuestra hija, hasta cuando me vas a hacer pagar el precio de no haber estado presente los primeros meses? Hasta cuándo me vas a guardar rencor por haber tomado una mala decisión? Cuándo vas a dejar tu orgullo femenino de lado? Porque me decís a mi que no maduré si vos sos la que constantemente me dejas afuera de la vida de mi hija, unilateralmente, como desde que te enteraste que estabas embarazada? Yo te dije de cortar si, pero me equivoqué, fui un tarado eso querés escuchar? No se ya que querés que haga- finalmente reventó.
- Yo... yo no te estoy prohibiendo nada- le dijiste a punto de quebrarte
-Y por qué yo siento que me haces pagar todo con creces? Por qué siento que Lucas tiene más lugar en la vida de Mía? Cómo te hago entender que YO soy el padre? Te guste o no?-te dijo elevándote la voz y rascándose la nuca.
Ya no se más que hacer, no se como demostrarte que estoy acá,  que estoy haciendo todo lo posible para que me incluyas en la vida de ustedes. De verdad que siento que todo lo que hago es en vano, nunca voy a ser para Mía el padre que soñaste pero soy esto, soy lo que tiene y la amo con todo el amor que soy capaz de sentir. Necesito que veas que estoy acá para vos, para ella, para las dos...por favor...-te suplicó con la voz apagándose en cada letra, en cada palabra.

-Mejor me voy-los interrumpió Lucas
-Dejá, el que sobra acá soy yo- dijo Pedro, y no supiste en que momento tu vida se convirtió en un culebrón mexicano.

Aprovechaste y te desplomaste en el sillón, ya sola, sin Lucas y sin Pedro. Con miles de dudas. Y con el llanto lastimándote, abriendo la herida que hace meses intentabas ignorar. No supiste que hacer, que creer, y que querer.


"Podemos ser felices toda la tarde arañando un poco la guitarra "
Hace una semana exacta que Pedro solo se comunicaba con vos por intermedio de Luciana. Y definitivamente, eso, no era lo que querías. Había logrado mantener una buena relación y vos lo echaste a la borda. Porque definitivamente, Martina, te cagó a pedos por no darle a Pedro el lugar que se merecía.
"Te guste o no, Mía es solo un nombre, Pedro es el padre y es de los dos"

Te levantaste con el sonido del celular.
"Dame un último intento"
Ok. Cada vez entendías menos. Encima de un número que en tu vida viste
Timbre.
Te pusiste el salto de cama y abriste la puerta, pensando que quizás algún vecino necesitaba algo.
Encontraste una caja de tamaño considerable. La entraste al departamento. Y la dejaste sobre la mesa del comedor, pensando seriamente si abrirla o no.
Otra vez el sonido de tu celular: "Dale, no es una bomba nuclear. Lo juro"
Esto empezaba a no gustarte.
Pero, ansiedad era tu segundo nombre.
Abriste la caja, y te encontraste con una caja más pequeña. Fail. La abriste y encontraste un papelito "Hola Ansiedad" Sonreíste ya imaginando de donde vendrían estas cosas.
Volviste a abrir la caja y te encontraste con la caja de bombones (de madera pintada a mano) que le regalaste a Pedro cuando cumplieron el primer mes de novios. Abriste la cajita y encontraste el anillo que te regaló cuando se comprometieron. Tus ojos empezaban a aguarse, malditos traidores. Tras que sos sensible, el embarazo te eleva a la enésima.
Al lado del anillo había una foto de ustedes dos en las vacaciones que se conocieron: el con su buzo azul con capucha (que ahora tenías vos) y vos con tus lentes negros y bikini a lunares.
Otro mensaje: "Da vuelta la foto, por favor"
Detrás de la foto había una pequeña nota: "El error no es más que una ayuda a aprender... en el camino de el aprendizaje." 
Una vez más tu celular: Voy a esperar 15 minutos abajo de tu departamento, si no bajas te veo en la próxima ecografía. Si bajas voy a entender que me perdonas, por dejarte, y voy a entender que te perdonas por haberme dejado tantos meses afuera de lo más importante que nos dejó nuestro amor: Mía. Mía siempre mía. Amandote hasta la eternidad"


"y tratando de dejar que algo de paz se cuele en tu cerebro?"

Cuando estás en un ring lo más importante es conocer las debilidades, los puntos débiles del contrincante. Y los tuyos eran los recuerdos. Son instantes. Decisiones rápidas y decisivas. Derecha o izquierda. Guardia o ataque. Directo o Gancho.
La vida es un ring. La vida es una pelea. A veces debemos tomar decisiones. Quedarnos o irnos.
¿De qué lado del muro querés quedar?

El amor no es fácil. El que dijo que es todo color de rosas, es un cruel mentiroso.
Vos, ya habías tomado una decisión.

-Vas a algún lado?-le preguntaste agitada de la corrida que te tuviste que pegar.
-Técnicamente ya pasaron los quince minutos.
-Desconsiderado- le dijsite con una media sonrisa en tu boca, mientras lo veías rodear el auto y acercarse a vos. Sabés lo que es encontrar algo que me entre con 8 meses de embarazo? Tu hija es lo más parecido a una termita que puede haber.
-Entonces, esto que significa?- te preguntó sonriendo de costado y acomodándose la gorrita (por Dios, la gorrita)
-Si, siempre fuiste medio lento.
-El tupe. Vos siempre me hiciste las cosas difíciles.
-Solo para que vuelvas.
-Acá estoy , que hago?
-Podés dejar  de preguntarme todo lo que tenes que hacer y hacerlo? Esta vez no puedo encararte yo, por si no ves tengo cerca de 15 kg de más que no tenía para nuestro primer...
Y si, te estampó un beso. Te susurró te amo. Y te besó de nuevo. Para siempre.
Lo único que esperabas es escuchar un relator que diga "y vivieron felices para siempre". Pero a veces, siempre es un instante. Y con eso te bastaba, del resto te encargarías después.







Bueno, primer descargo: poder combinar tiempo, inspiración, historia y letras es muy difícil. Así que si alguien está leyendo, agradezco que sigan ahí.
Segundo: Gracias @epiInspirados por la canción. Me encanta. "Ultimo intento de Proyecto Verona", como siempre recomiendo escucharla antes o durante la lectura, pero seguro no me hacen caso.
Tercero: nuevo proyecto. Distinto, creo. Les dejo el link. No son canciones es una mini fic.
http://deseosencontradospyp.blogspot.com.ar/

sábado, 1 de junio de 2013

"Siempre seras la niña que me llene el alma como mar inquieto como mar en calma siempre tan lejana como el horizonte "
-Ey, que haces?
Saltaste de la silla en la que estabas tranquilamente sentado (espiándola), y rodaste al piso, dándote el dedo chiquito del pie contra la cama.
-Ay la put* madre Federico!!!!
-jajajaja, eso te pasa por tarado, pendejo. Otra vez?
-shhhh, basta.- lo callaste
-Anotalo, porque te lo voy a decir una sola vez si?-te dijo tu hermano sentándose sobre tu escritorio, mientras se retiraba la gorra de los "Phi Delta Theta." (la fraternidad a la que pertenecían y a la que perteneció toda tu familia desde hacía tres generaciones, sin contar la de ustedes)
-Que cosa Fede?-le preguntaste mientras secabas tu espalda, aún húmeda y te prendías tu camisa celeste.
-Aunque ni te registre por ahora, yo creo que la presidenta de "Phi Beta Kappa" sería una buena compañía, para un futuro abogado como vos. Tenes como ganarla Pepe.- Te explicó Fede, con aire de hermano mayor, como si te estuviera explicando un Teorema, y te sonrió de costado (la media sonrisa Alfonso, le decían en el campus, al parecer era de familia)
Te diste vuelta, sobrándolo. Que bueno que te aclaraba que ella ni sabe quien sos. Menos mal, sino casi que no te dabas cuenta. Ni que llevaras contado los días, desde la última vez que pensaste que te había mirado (cuando en realidad miraba a Francesca, su prima y mejor amiga). Ni que al cerrar tus ojos pudieras dibujar su sonrisa, imaginar el contacto con su piel, sentir su perfume (Miracle, por lo que habías averiguado). Ni que supieras su color favorito (Lila), su comida favorita (ñoquis con salsa rosa). Tu amada ironía se hacía presente.  Si, claramente estabas para internar. Ya no sabías que hacer para que te mire, para que te registre.
-Ella, nunca estaría con un Delta Theta, Fede...
-Y...mejor que Braian sos eh! Ese si que no mueve nada
-Pero el es Beta Kappa, como ella...
-No seas antiguo Pepe... Hoy por hoy se mezclan las fraternidades...Preguntale a Nan. Además el sábado lo liquidamos a Bribri jajajaja, juro que no le puede decir así
Suspiraste, casi sin pensarlo, tus ojos se cerraban, y la veías a ella, llamándolo a Bribri...sonriéndole, abrazándolo, colocando sus manos en la nuca de él, besándolo. Bribri. Nunca llegarías a ella. No si seguías así.
Desconocías que era lo que te tenía tan locamente enamorado, dejando de lado su belleza física, que era innegable. No lograbas entender que tenía para sacudirte tanto con el mínimo contacto. Definitivamente , Paula, es otra cosa, es distinta.
Paula, siempre fue, es y sería, tu pequeño horizonte. Aquel que anhelas y no tenes, aquel que quema y te sacude. Aquel que no te deja ver en otra mujer otro rostro que no sea el de ella. Paula sería tu gran amor, tu gran sueño, tu amor eterno, tu sueño en vida.
Paula era el claro ejemplo de lo que nunca iba a ser, ella, simplemente, era el claro ejemplo de estar lejos, estando cerca.

"Gritando en el silencio tu nombre en mis labios solo queda el eco de mi desengaño sigo aquí en mis sueños de seguirte amando "
Permanecías en silencio, con tu resaltador naranja en la boca, el amarillo en la mano derecha y tus ojos achinados.
Estudiabas de noche ultimamente, desconocías si era que te concentrabas más o simplemente aprovechabas para soñarla menos (como si despierto no lo hicieras, iluso)

-Pepeeee- Anna tocaba tu puerta.
Sonreíste porque Anna era tu mejor amiga, la única que conocía todo de vos, por ende, lo que te pasaba con Paula. Anna era divertida, atrevida, tu versión femenina, e inexplicablemente era de la otra casa. Ella era una de las pocas Beta Kappa con las que te llevabas.
Históricamente tu fraternidad y la de Paula (y Anna) eran rivales. Cuando tus padres concurrían a esa universidad, incluso, una de las principales reglas era no mezclarse. Hoy, por suerte, las reglas eran distintas.
Anna tomaba un par de clases con vos y una con Paula, no eran amigas, pero se conocían.
Ya tenías agotada a tu mejor amiga con Pau, pobre de ella.
Sentías que no podías más con ese anhelo en tu pecho, cada vez que la veías pasar, sentías tu cuerpo tensarse. La veías sonreír y tu mundo cambiaba, te olvidabas de todo y de todos.
A veces, soñabas con ella, despierto y dormido. Acostado y parado. Soñabas con su cara angelical, con su rostro de porcelana. Soñabas con ella, con su amor, soñabas que un día ese amor sería correspondido, al menos imaginabas, que un día ella notaría tu existencia como hombre.
Llevabas contadas las veces que te había sonreído, ella era tan simpática.

-Flashback-
-Hola Delta Theta- te dijo acomodándo sus trenzas.
-E..Em..Emm... Ho...Hola Pau....-tardaste básicamente dos minutos en completar la frase. Genial.
-Me dijeron que tomarías cultura Americana, es verdad?
-Si claro, vos?
-Hace años que deseo poder hacerla.
-Yo hace años te deseo a vos, vaya casualidad-murmuraste
-Cómo?-te indagó Paula confundida
-No, que yo hace años deseo lo mismo que vos entonces, vaya casualidad- sonreíste de costado
-Sonrisa Alfonso, asi que esta era eh-te dijo pícaramente y remató: - Nos vemos el lunes
-Flashback-

-Dime Annita que te trae por aquí- canchereaste a tu amiga
-Correte y prestame el baño que no aguanto

-Ahora si, venía a decirte que a las 18.30 tenes entrenamiento, me dijo Nan que te avise.
-Ay me dijo Nan...
-Shhhhh..seguí estudiando asi el sábado ganan...
-Vos sos Beta Kappa, ya te olvidaste?
-Pero si pierden mi novio me va a matar
-Yo te voy a matar que haces a esta hora circulando sola por el campus?
-Iba para lo de Nan y no llegue, esta casona es enorme
-Mandale un beso a mi amigo y no lo desconcentres

Saliste a la puerta de tu habitación para saludarla y ella te gritó
-La próxima te mando a Paupiiiiiiiiii
Por Dios. Ibas a matarla. Que pendeja! En tanto siga así, todos se enterarían de tu amor incondicional por la presidenta de la otra casa. E inevitablemente volvías a pensar en ella. Cuando pensabas que liberarías al fin tu cabeza de ella, de aquella rubia, volvías, caías.
Ya nada haría que recuperes la concentración. Tan solo, te acostaste en tu cama, apagaste la luz, encendiste el velador, con esa luz tenue que era horrenda y totalmente inútil y te pusiste a pensarla, a soñarla, una vez mas. Recorrías con tu mente sus facciones, sus cabellos, su timidez y su alegría, su inteligencia, y su desfachatez por momentos. Recordabas su sonrisa, tan bella. La medicina para tus tristezas, verla sonreír para vos era suficiente, porque nunca habías conocido algo tan eficaz, nunca podrías negar que estabas completamente enamorado, y morías por ella.


"Sera, sera como tu quieras pero asi sera si aun tengo que esperarte siete vidas mas me quedare colgado de este sentimiento "

La universidad era una revolución, por primera vez en años, un profesor había decidido hacer grupos mezclando las casas.
El profesor de Cultura Americana se iba a meter en un problema, seguramente.
Mañana se harían los sorteos. Anna no paraba de ilusionarse con que les toque juntos.

Finalmente el destino estaba de tu lado, o eso creías. Guardarías este día jueves en tu memoria. Carlos Montana (tu profesor de Cultura) había sorteado los grupos. El tuyo: Anna y Paula.
Tu retina aún mantenía guardado el momento en que Carlos había dicho: "Chaves, grupo 5". Ella, sentada con Francesca delante de ustedes (Anna y vos) se dió vuelta: fresca, natural, podrías jurar que el viento que circulaba en el aula 72c se centró en sus ondas rubias, que se movían al son del viento. Como en una película, el alrededor se nubló para tu vista, solo viste su rostro angelical, su tez blanca, resaltando esos ojos verdes que te hacían perder la razón, que te llevaban al borde del abismo, esos ojos transparentes que rogabas nunca derramen una lágrima, esos ojos verdes que te hacían morir de amor en silencio, en la penumbra, en la sombra, en el anhelo de un amor imposible. Con el poco juicio que aún te quedaba mientras la admirabas, viste como sus labios se movieron, y en esas milésimas de segundos rogaste que no fuera para hablar, porque en tu estado sería imposible que el sonido llegue a tus oídos sin que antes pases algún papelón, delante de los más de 150 alumnos. Finalmente, la viste esbozar una sonrisa, observaste sus hermosos e irregulares dientes casi blancos, sus ojos medios achinarse, y ahora si, definitivamente la sonrisa era para vos, bueno, para Anna y para vos.
Tu trance fue interrumpido por tu mejor amiga que pasaba su mano derecha por tu boca de manera exagerada:
-la baba pepito-te dijo riéndose
-Shhh, Anna por favor te lo pido. Dios como voy a hacer para mantenerte callada Nani- le dijiste apenado
-Vamos Pepon, sabes que nunca diría nada...aunque si podría ayudarte
-Yo estuve pensando que quizas...
-Shhhhh aguantame, que me llama Nan-te interrumpió ella, tu amigo siempre oportuno.

La viste alejarse, mientras vos acomodabas tus apuntes, dispuesto a irte. Tu mirada estaba fija en ELLA, en su espalda, llevaba una blusa negra con pequeños círculos blancos, arriba, un chaleco aparentemente tejido en color blanco, es que ella vestía tan bien. Y ahora la verías todos los días, tu felicidad aumentaba, al mismo ritmo galopante que tus nervios.
En un momento de valentía (desconocías de donde habría surgido) te dispusiste a pararte y decirle algo. Planeabas un "estamos en el mismo grupo" aunque sería bastante tonto, ya que todo el curso lo sabía. Podrías decirle simplemente "hola", aunque ignorabas si sería mejor decirle hola o "que tal?". Dios, ya habías olvidado como debía ser el trato con las mujeres.
Bueno, improvisarías, que tan malo podía ser? Cuando estuviste listo encaraste hacia ella. Estabas a punto de hablarle (aunque ella ni te había visto, ya que estabas tras su asiento por el lateral izquierdo) cuando se te cae tu lápiz negro (Staedtler amarillo y negro, 2HB. El único que usabas). Al agacharte, escuchaste pasos y un hola mi amor. Cerraste los ojos aún agachado, mirando el piso, para engañarte un ratito más. De repente un "hola Bribri" te llevó a la realidad. Braian la tenía enamorada, y vos...simplemente no tenías nada. Solo deseos, solo inútiles proyecciones, tan solo tenías un gran amor...no correspondido.

-Pero levantate nene-te dijo Paula, no tu Paula, sino la de tu hermano, tu cuñada, un quilombo.
-Me asustaste poly (así le decías, desde hace ya 4 años)-le dijiste mientras tomabas la mano que ella te estiraba para levantarte.
-Mi tocaya otra vez? Vos si que te arrastrás literal, eh...-te dijo animadamente palmeandote la espalda.
-Eh? Como? Pe..pero si yo no...-medio tartamudeaste y la miraste confundido
-Ups...era una secreto? Me contó Fede..
-Que pendejo, entre Fede y Anna se va a enterar toda la universidad, antes que ella siquiera me mire.
-Ay cuñadito, hasta ternura me das... Con la cantidad de chicas que se mueren por vos...
-Y yo me muero por ella.- le dijiste presionando tus labios y despidiéndote de ella al llegar a la zona de mujeres del edificio de la "Phi Delta Theta."


"Por amarte así es esa mi fortuna es ese mi castigo sera que tanto amor acaso esta prohibido yo sigo aquí muriendo por estar contigo"

Sábado 11 am.


-Alguno vio las vendas? - preguntaste a tus amigos que estaban esperando por ti
-Mamá te las había mandado limpias, vamos Pepe, en algún lugar las habrás dejado- medio te retó tu hermano
-Bueno, no me estás ayudando
-Pero debemos jugar, y debemos ganar, te olvidaste ya?
-No, claro, pero aún faltan 3 horas. Fijate en el tercer cajón quizás esten ahí.

Nan te miraba mientras jugaba con la pelota al lado de la ventana de tu habitación.
-Pero que buena vista tenes desde aquí al ala femenina de "Phi Beta Kappa" hermano..
Lo miraste de reojo y sonreíste, claro, ya te habías dado cuenta.
-Ya se!!!!!- gritaste
-No era para tanta emoción - te dijo Hernán, algo confundido frente a tu reacción.
-Eh? De que hablas? Ah nono, que ya recordé donde dejé las vendas- le dijiste tranquilamente, mientras te dirigías a tu mesita de luz.
-En el cajón de la mesita de luz?- te preguntó Fede, tu hermano.
-No, claro que no. Estan aquí en este huequito entre la cama y la mesita de luz.
-Siempre tan ordenado- se rió Herni.

Sábado 14 pm.

Y aunque el frío era evidente, el día había llegado. El día del "Boca-River" de la universidad estaba a media hora de comenzar. "Phi Beta Kappa" Vs. "Phi Delta Theta."
Te terminabas de acomodar tu short blanco y tu remera blanca y negra, para comenzar. Hoy, como cada partido, llevarías la cinta de capitán en tu brazo derecho.
Alzaste la vista y los viste. Viste lo que no querías ver, aquello que tu hermano estaba intentando evitarte hablandote de cualquier cosa, pero igualmente sobre su hombro derecho veías la imágen: la parejita feliz. Ella, abrigada por demás, combinada de pies a cabeza. El, ridículamente con la remera dentro del pantalón. Imbécil. Le faltaba ponerse un gorrito. La viste a Paula (tu Paula...bueno, no tuya) agitar sus delicadas manos, que previamente había liberado de los guantes negros que llevaba puesto, sobre los brazos toscos, de él. Jurarías que hasta tenía piel de gallina el muy tarado. Como una secuencia, que seguías observando, la viste a ella hundirse en su cuello. Viste las manos de Braian sobre la espalda de Paula moverse enérgicamente, como dándole calor. La viste a ella recorrer su cuello con besos, hasta llegar a su pera. Seguidamente viste como el depositaba un beso en sus labios y cuidadosamente ella se ponía en puntitas de pie para dejar un beso en su frente, que el recibía con los ojos cerrados.
Y eso te mató, como nada, como nunca. Porque de los besos con los que podías competir, el beso en la frente era el peor. Porque es un mimo, un cuidado, es amor. Ellos eran amor, y vos simplemente eras un manojo de angustia, viendo lo que nunca fuiste capaz de ver tan claramente, viendo como el amor se te escapaba por nunca habértela jugado. La veías irse y sentías tu piel prenderse fuego, tus puños se cerraban con rapidez y fuerza, sentías tu piel erizarse y no era por el frío. Creías que tu corazón se había paralizado, nunca habías visto tan claramente el amor que Paula tenía por ese chico, nunca habías aceptado que seguramente nunca la tendrías, que su corazón tiene dueño, y que ese dueño no eras vos, sino el capitán del "Phi Beta Kappa". Sentiste una especie de vértigo, seguido un nudo en la garganta, sentiste como el aire no entraba con tanta facilidad. Inhalaste y exhalaste profundamente 3 veces, las suficientes para volver al mundo. Volver a tu mundo. Ese mundo en el que no solo ganarías ese partido, sino que darías vuelta como una media a Bribri.

1-0 arriba y faltando 15 minutos para el fin del segundo tiempo.
Pero no era suficiente, si el se quedaría con Paula, necesitabas que la pase mal. Que sienta rabia, furia, que sienta que perdió con todas las letras, necesitabas que sea el hazme reír de su equipo, de su familia, y si era posible de su novia.
Comenzaste a gambetear, dirigiéndote al arco de tu rival, al arco de los Beta Kappa. Querías un uno contra uno. Para eso, debías anular la defensa, para eso, debías esquivar al último hombre del equipo rival: Braian. Viste la llama en sus ojos. Si algo tenían en común (además del amor por Paula) era la competitividad. El, pateo la pelota, sin foul, sacándote el control de ella. Justo, lo que buscabas, en un solo movimiento te diste media vuelta y de un taquito la dirigiste entre sus piernas, al grito de "Caaaaaño" proveniente de la tribuna (donde estaban Poly, Anna, y tus padres), seguido de aplausos, varios, para ser humilde. Morías por ver su cara pero ahora te encontrabas clavándo la pelota en el ángulo superior izquierdo del arco.
Viste a Braian ir por la pelota con rapidez, mientras vos y tu equipo festejaban el segundo gol del equipo, que practicamente los consagraba ganadores.
Aún con ganas de más, Fede y vos, llegaron al arco rival haciendo una buena pared. No sabías si te iba a salir, pero necesitabas, al menos, intentarlo. Ya casi, en frente del arquero, espiaste que Braian venga  por vos, cuando estuviste lo suficientemente seguro, diste vuelta tu eje, y pateaste con toda tu fuerza hacia el lugar donde estaba Braian, quien hizo un "medio trompo" para evitar que lo golpearas en sus partes bajas. La pelota, tomó un giro totalmente distinto y eso hizo que el arquero se encontrara inclinándose hacia su izquierda, y el balón entrando por el ala derecha, casi sin fuerza, pero con la suficiente para cruzar la línea blanca.
Gol, silbato final, triunfo, tu equipo sobre vos, y Braian refregándose la cadera por el golpe (que por suerte no había sido entendido como algo personal)

Y él no solo no era el hazme reír de su novia, sino que ésta lo llenaba de mimos por el golpe recibido. Touche.

"Por amarte así a un paso de tu boca y sin poder besarla tan cerca de tu piel y sin poder tocarla ardiendo de deseos con cada mirada por amarte así"

-Quién leyó algo de Canadá? Pedro?-preguntó Paula mientras llevaba su portaminas rosa a la boca
-Pedro!!!-te chistó Anna, mientras te pegaba un rodillazo por debajo de la mesa, para despertarte de ese estado de babia, al que te transportaba una Paula tan cerca, tan natural, con su colita de costado, su camisa de jean y sus calzas coloradas.
-Nani-te quejaste, con tus ojos achinados mirándola
Y Paula rió.  Y vos le sonreíste, porque sí. Porque era ella. Porque ella te puede, ella te sacude. En este mes que llevaban compartiendo los tres, la habías descubierto más humana, mas fresca, más linda, más cercana, más perfectamente imperfecta. Claro, eso era posible.
Había días que te colgabas en su sonrisa, en su simpatía (que desconocías), en sus delirios, en su dulce voz. Hacían un buen equipo, a decir verdad, tenían bastante afinidad los tres.
-Lo siento Pepon, pero te necesitamos acá, sabes?
-Dejalo, quizás estaba pensando en alguna chica-dijo Paula, graciosamente aunque sin darle demasiada importancia-No estabas no?-reiteró. Y te descolocó. Le sonreíste a Anna, quien te devolvió la sonrisa...
-Oh no, esto es enserio? Como no me di cuenta antes, que lindo-dijo tu Paula, con un tono raro en la voz para tu gusto (deseabas que la rareza sea sinónimo de celos)
-Que es lo que no entendes Pauli?- preguntó Nani rascandose la pera, con el ceño fruncido y su cabeza de costado. Pareciera que ella fuera la que no entendía.
-Que ustedes...son no-vios- dijo Paula un tanto miedosa, un tanto descolocada por el rumbo de la conversación.
Tus carcajadas sonaron limpias en el cuarto de Anna, donde se encontraban haciendo el trabajo. Seguidamente Nani se acopló a tus risas y Paula miraba sin entender mucho.
-No claro que no, Anna es mi mejor amiga y la novia de mi mejor amigo.
-Ah claro, que tonta. Bueno mejor ....
-Mejor? Por que mejor?- y tu mejor amiga no perdía oportunidad.
-Eh? Yo dije mejor?...digo, por el trabajo para no mezclar las cosas- repitió Pau, un poco nerviosa, un poco apresurada.
Y te gustó. Vaya que te gustó.
Anna se excusó y se retiró para volver más tarde. No sin antes guiñarte un ojo a espaldas de Paula.

La viste suspirar. Viste recostar su cabeza en sus brazos, sobre la mesa de estudio. La viste mirarte de costado. La viste frágil. La viste natural. Naturalmente hermosa.
-Está cansada la presidenta de Beta Kappa?
-Algo así...Puedo confesarte algo Pedro?
-Claro...lo que quieras Pau
-Me divierto mucho con vos... y con Anna, claro. Sos el primer Delta Theta con el que me llevo bien, no he tenido buenas experiencias.
-Somos una buena casa, Pau, y vos sos una buena mina, muy simpática y bella por cierto. Si, te habías animado a decirle que era linda. Pero le dijiste bella. Se seguirá usando bella?. Tu mente no paraba de maquinar, pero ella te interrumpió.
-Yo creo que quizás un día podemos ser algo más de lo que somos
-Que querés decir?-le preguntaste, intentando ocultar tu sonrisa.
-Que...ay me da verguenza...me siento una nena de 5 años...que...podríamos ser buenos amigos, eso pienso
Y la sonrisa se te borró. Clara y notoriamente.
-Si, claro como no- le dijiste intentando sonar lo más sincero que pudiste en ese momento.
En realidad, tenerla tan cerca y tan sincera, te volvía mas vulnerable. Ella, te hacía más debil, ante sus encantos, ante su belleza, ante su persona, ante ella.
Y te morías de ganas por tocarla, abrazarla, besarla, decirle que hacía años estabas enamorado de ella, que la deseabas como un preso anhelaba su libertad, morías por sincerarte y contarle que vos tan solo querías que ella sea feliz y que con solo ver su sonrisa, tu sufrimiento valía la pena. Aunque te morías por ella, por su piel, por su amor, por sus cuidados. Te morías estando tan cerca, y no pudiendo hacer nada. Te morías por, al menos, rozar esos bellos labios, ahora, con una tonalidad rojo carmesí suave.

"Asi voy caminando en esta cuerda floja por ir tras de tu huella convertida en sombra precio del amor que me negaste un dia"

-Tampoco te dijo que no quería ser tu novia- intentó consolarte Poly, tu cuñada, que estaba tirada en tu cama junto a tu hermano, fede.
-Pero qué te dijo exactamente? Amigos tipo de los comunes o de esos con derechos?-preguntó Fede que asomaba su cabeza sobre el hombro de tu cuñada.
-Amigos...no se no le pregunté que tipo de amigos...no sabía que había clases
-Claro, siempre hay amigos con derechos o amigos comunes-dijo Hernán con aire superado
-Perdón? Más vale que vos solo tengas comunes-le recriminó Anna mientras le lanzaba un almohadón.
Todos estallaron en carcajadas y Herni fue hacia los brazos de Nani.
Suspiraste y los miraste a ellos. Lo que anhelabas. Lo que querías ...y no tenías. Tu cielo por alcanzar. Habías omitido una parte de la historia, la más importante quizás. "Nunca saldría con un Delta Theta" sus frases te llegaban, te golpeaban, te sacudían, sentías como tus ojos dolían, sentías el corazón estrujarse. Sentiste que el amor no era para vos. Sentiste odio y amor. Sentiste que finalmente, aunque quieras, por más amor que sientas, nunca, ibas a poder con el recuerdo, con la presencia, de Braian. Sentiste que la vida te dio naipes españoles... para jugar un partido de poker.

"Contando los segundos que pasan por verte haciéndote culpable de mi propia suerte soñando hasta despierto con hacerte mía"
-Sabes, nunca me sentí tan libre con alguien-te comento Paula (la tuya), mientras se encontraban tirados en el pasto del campus.
-Bueno, supongo que con Braian si..-le comentaste, como al pasar (al menos eso intentaste)
-Con el es distinto. El es mi novio...ya sabes-te dijo y la palabra novio era como un guante de box que no paraba de sacudir tu cara.
-Si, claro, me imagino, aunque las relaciones tienen que tener mucho de esto-le dijiste buscando sus ojos verdes
-Esto qué, Pedro?
-Esto, relax, poder hablar tranquilos, ya sabes contar las cosas, ir por un helado, tiempo libre juntos.
-No, Braian no es así
-Y no te gustaría alguien que si lo sea?
-No lo se, no lo había pensado-te dijo elevando sus hombros, y haciendo una especie de puchero. Igualmente, a esta altura no se si lo encontraría
-Oh, vamos Paula, eres grandiosa, linda, inteligente y divertida, que clase de hombre no te quisiera como novia? Como mujer? Como madre de sus hijos? Como chica para presentar a sus padres? Quién no te proyectaría en una casa con un bello jardín, niños alrededor y un golden retriever con sus pelos al viento corriendo por el parque?
-Me estaba emocionando hasta la parte de los pelos al viento, si que sos ocurrente pepe!!-exclamó Paula abrazándote de costado.
-Sabes-continuó ella- por un momento pensé que...nada olvidate-
-Nono, decime paupi, me interesa-le dijiste haciéndote el galán, que aparentemente no te salió porque ella echó a reír. Y vos te perdiste en ella, en su sonrisa, en sus ondas rubias. En su cuerpo normal y perfecto, en su risa, te perdiste en ella, en su ser. Te perdiste en que ella te parecía una persona inalcanzable, sin embargo, te estaba gustando el ritmo de la conversación
-Que por un momento...pensé...que me estabas tirando onda jajajja...lo siento pensé cualquiera....
-Por que cualquiera? Por que no Pau?
Ella te miró extrañada. Levantó su ceja izquierda. Se mordió su labio inferior. Y largó una carcajada: ay casi caigo de nuevo Pepe, sos tan divertido!!! A veces me pregunto por que no tenes novia
-Somos dos
-Cómo?-te preguntó
-Que yo también me lo pregunto, quizás no nací para ser amado
-Ay Pedro por Dios, te lo pido yo ahora, eres increíble, enserio en toda tu casa no hay nadie que te guste?
-No, no hay nadie en mi casa...Quizás afuera
-Oh, claro entiendo lo complicado que eso puede ser... quien te dice...quizás ella no tiene problemas
-Lo dudo
-Pepe, claramente, vos naciste para ser amado, sos increíble.-te dijo pasando la palma derecha de su mano sobre tu rostro.
Te estremeciste al contacto. Casi instantáneamente cerraste los ojos. Tu piel vibró tan solo con su cercanía, tan solo con su caricia. Proyectaste que pasaría si esto fuera todos los días, si pudieras levantarte y acostarte con sus besos, si pudieras ser quien la haga feliz, si ella pudiera ser quien te haga feliz. Tu trance fue interrumpido por su voz, por su dulce voz.
-Pedro, estas bien?
-Em, si, claro me decías?
-No, que ya anocheció, me voy para adentro si?
-Claro, te acompaño?
-Por favor-te dijo mirándote dulcemente.

"Sera, sera como tu quieras pero así sera si aun tengo que esperarte siete vidas más me quedare colgado de este sentimiento"
-Vamos a hacer un power point?-preguntó Anna
-Ay pero que tecnológica estas Nani!!!!
-Mi novio me enseña mucho-te dijo burlándote y sacándote la lengua
-Parecen dos nenes-dijo Paula riéndose
-Lo somos - contestaste al mismo tiempo que sentías  a Anna subiéndose a caballito tuyo.
-Bueno, volvamos en eje, dulces criaturas- dijo Paula, al mismo tiempo que exclamaba: Por Dios, como me divierto con ustedes dos!
-si, ustedes últimamente están muy confidentes -tiró Anna
-Annaaaaaaaa!-le gritaste. Y anotaste mentalmente matarla.
Paula te miró un tanto extrañada por tu brusca reacción, después de todo no había nada demasiado malo, y tampoco mentía, últimamente pasaban bastante tiempo juntos.
-Claro, Pepe se ha convertido en mi confidente, en mi mejor amigo- explicó Paula con su sonrisa impecable, mientras te abrazaba de costado
Y no pudiste menos que sonreír, al menos falsamente...al menos para verla feliz.

Luego de un rato Anna se fue y ustedes se quedaron charlando. La veías rara y decidiste averiguarlo.
-Hay algo que quieras contarme Pau?
La viste abrir sus ojos y dirigir su mirada hacia arriba, puesto que ella estaba sentada en la cama y vos te encontrabas parado.
-Me conoces de otra vida, Pepon? A veces me asusta que sepas tanto de mí, que me conozcas tanto, incluso más que Braian.
-Tu mirada es tan sincera que no necesito nada más.-le dijiste sincero. Lo más sincero que pudiste. Más sincero que nunca, conectando tus ojos marrones con sus ojos verdes.
-Yo, es que me da vergüenza pepe...
-Vergüenza? Por que? Que hiciste?
-Yo...yo tengo un atraso- te dijo como compungida, o al menos eso pensaste.
Y no pudiste más que desplomarte sobre la silla negra más cercana (aquella que tiene rueditas, la de computadora). Al caer sobre ella, la misma giró, sin dar vueltas, pero moviéndose.
La noche se te vino de golpe. Si había algo que no esperabas era eso. Si de alguna manera te hacías la idea de perderla, esto era lo peor, aquello contra lo que no podías luchar. No podías, ni querías. Tu Paula embarazada. La sangre se te heló, tu corazón comenzó a palpitar mucho más rápido, casi tan rápido como el de un bebé en la panza de su madre. Tuviste que pasar tu mano por tu cara para verificar que no se te hayan escapado lágrimas. Sentiste tu pulso acelerarse, como el aire empezaba a faltarte. Sentiste que la vida te estaba pasando facturas, tuyas, de tu familia y de tres generaciones anteriores. Sentiste que la vida te sacaba lenta y gustosamente la lengua. La sentiste reírse de vos. Porque no había necesidad, no de que las cosas sean así. No de sufrir lenta y dolorosamente. No de ver crecer, día a día, tarde a tarde, la panza, el fruto del amor de tu amor imposible y su novio. No, simplemente, no serías capaz de soportarlo. No querías y no podías, y a decir verdad...no creías merecerlo.
-Pepe...vamos, no pensas decirme nada?
-Que...yo ....no se que decirte
-Vamos pedro no sos el padre...por que te pones así?
-Si fuese el padre creo que la noticia me caería de otra manera Paupi-le dijiste intentando sonreír (aunque sin resultados favorables)
-Pero podrías ser el padrino- te dijo para luego echar a reír.
-Qué es tan gracioso?-le preguntaste
-Vamos, pepe, donde está tu sentido del humor? Era un pequeño chiste
-Oh, un chiste, claro, entiendo.- le dijiste comenzando tu retirada del cuarto
-Pedro por favor-te dijo tomándote de tu brazo, intentando detener tu paso.
-Basta Paulaaaaa!!!!! Que no entendes que me duele esto? Que me duele verte con otro? Acaso no entendes que me duele pensar que te perdí? Que incluso lo que mas me duele es saber que nunca te perdí, porque nunca llegue a tenerte? A veces no entiendo si lo haces al propósito o que!! No se como más decirte que...que yo TE AMO!-le escupiste, así, directo, como te salió, aunque después fueras a odiarte, aunque después vayas a arrepentirte. Y continuaste tu monólogo, a los gritos, a voz alta, como pudiste y quisiste, pero siempre mirándola a los ojos
-Cuándo vas a entender que yo estaba cuando nadie más estaba? Cuándo ni siquiera Braian estaba? Cuándo vas a entender que mis proyecciones eras vos? Que cuando te hablaba de amor no correspondido eras vos? Cuando mierda vas a entender, que te amo como nunca nadie lo haría, cuándo vas a entender que te soñé día y noche? Que te proyecté en mi casa? Que te imagine haciendo ñoquis un 29 con mi mamá? Que incluso imagine a mamá retándonos a mi hermano y a mi, por haber elegido dos Paulas como nueras? Pero no, vos nunca, me viste ni me vas a ver como yo te veo...desde el primer momento que te ví-
-Para Pedro, que es todo esto?, es un chiste?-te interrumpió ella incrédula y visiblemente emocionada.
-No, Paula!! Podes dejar de pensar que todo lo que te digo es un chiste? Nada de lo que te digo es chiste, deje mi corazón en tu mano y vos me preguntas si te estoy jodiendo? Sabés que? Haceme un favor, ya que tenes mi corazón en tus manos, no aprietes demasiado el puño cuando lo cierres para tirarme a la basura.
Si, con aires novelescos, le tiraste esa frase terrible, malísima, pero fue lo que te salió, lo que pudiste.

"Por amarte así es esa mi fortuna es ese mi castigo sera que tanto amor acaso esta prohibido yo sigo aqui muriendo por estar contigo"
No habías vuelto a hablar con Paula. Tenías todo demasiado confundido como para verla, escucharla, o cualquier otra cosa, que te demande contacto con ella.
Anna se había vuelto intermediaria entre ustedes.

Sábado por la noche, baile de máscaras. Tonta idea de la universidad. Si algo te faltaba era un estúpido baile de máscaras, además seguramente ella iría. Ella seguramente iría con el estúpido de su novio...y vos... irías con Anna, ya que Hernán estaba enfermo.

-No es grandiosa la idea de este baile?- preguntó tu mejor amiga, entusiasmada hace días con la idea.
-La verdad que no. Totalmente aburrida e insípida-le contestaste mientras tenías tu mirada fija en el Pacman.
-Oh, vamos Pedro, lo prometiste! Dijiste que me acompañarías- te contestó Nani, visiblemente encaprichada
-okok, si te lo prometí, pero vos te encargabas de las máscaras verdad?
-Si, claro, vos solo ponete un lindo traje-continuó ella, que estaba fascinada con la idea.

Al llegar al baile, vieron a una sola pareja en medio de la pista. La mujer, parecía estar  divirtiéndose. El, con un trago en la mano, apenas movía sus pies. Descubriste que el tenía tu misma máscara.

-Nani, creo que aquel tiene mi misma máscara-le dijiste a tu mejor amiga, que se encontraba inspeccionando el salón.
-Claro, era la idea-te contestó con una sonrisa.
-Cómo la idea? De que estas hablando Anna?-le preguntaste con el ceño fruncido. En general, entendías a tu amiga a la perfección, hoy no.
-Qué todavía no te has dado cuenta quienes son?
-Claro que no...debería? Oh, vamos Nani, no me digas que son...?
-Exacto Sherlock.- te dijo palmeándote el hombro.
-Hoy le demostrarás que es aquello que perdió, mi buen amigo-continuó ella.

En un momento de la noche, viste como el se retiró a buscar algo quizás.
Nani, te golpeó la espalda, dándote un poco de fuerza, de ánimo, tal vez.
Llegaste hasta ella, sentiste tus manos traspirar, tu respiración agitarse, nuevamente, una vez más. Viste sus ojos, a través de la mascara. Imaginaste que sonreía, porque así lo querías, así lo anhelabas. Entrelazaste tus dedos con los de ella. Te estremeciste al contacto, y sentiste que ella también lo hacía. Viste su piel erizarse, como si fuera frío, pero era imposible.Quizás, el escalofrío que sentías, ella también lo sentía. Y ya estabas confundido, desconocías si estas reacciones eran producto del contacto, o producto de que pensara que eras Braian
-Volviste rápido-te dijo colocándo sus manos en tu cuello, mientras comenzaba a sonar All Out Of Love (Air Supply)

Te limitaste a asentir, sabías, que debías ser cuidadoso si querías que funcione todo perfectamente.
Aprovechaste, a pasar tu mano, por su cara, por sus pómulos, dibujaste con tu dedo índice (tembloroso, vaya que temblaba) sus labios, cubriendo la yema de tu dedo con un furioso rojo carmesí, que bello le quedaba. Colocaste tu mano izquierda en su cintura, como atrayéndola más a vos, ella, solo se dejó conducir.
"I WANT YOU TO COME BACK AND CARRY ME HOME"  y te acercabas a ella lentamente. "AWAY FROM THIS LONG, LONELY NIGHTS" y comenzabas a inclinar tu cabeza hacia ella, mientras ella hacía lo mismo. Ya no sabías si había un mañana, si había alguien más que ustedes dos, ya desconocías si el mundo seguía girando, si tenías los pies sobre la tierra, o si estaba despierto o dormido. "I´M REACHING FOR YOU, ARE YOU FEELING IT TOO? DOES THE FEELING SEEM OH, SO RIGHT?" Y la besaste, con amor, con desesperación, la sentiste dudar, por unos instantes, para luego sentir como se acoplaba al beso, a tu beso, a ese primer beso.
Sentiste como tu cuerpo no daba más, sentiste el calor subir, sentiste la pasión enredarse con la ternura, sentiste tus pies moverse. Traspasaron la puerta y terminaron besándose bajo la estrellas, en el campus. En la oscuridad de la noche, en la soledad de sus besos.
Bajaste tu brazo y dibujaste su silueta, sentiste como se estremecían al contacto, la viste cerrar los ojos, sentiste como te deseaba, la sentiste morder tu labio inferior, despacio y suavemente. Jugaste con su boca, mientras depositabas besos en su cuello. Llegaste a su oreja derecha, y la mordiste suavemente, sentiste como disfrutó el contacto, mientras te apegaba más a su cuerpo. No llevabas la cuenta de cuantos minutos llevaban sin hablar, pero lo valía, sin dudas lo valían, y sin duda ya llevaban unos cuantos.
Sentiste como ella torpemente, quiso sacar tu máscara, cosa que interrumpiste de inmediato, negando con la cabeza. Sentiste su palma izquierda recorrer tu cara, tu barba incipiente, sentiste como desabotonaba el primer botón de tu camisa blanca. Sentiste que no daba más, que la lujuria se había despertado. Sentiste como te deseaba, sentiste sus besos subir de tonalidad y de deseo. La sentiste agitada, acelerada, quizás, hasta desesperada. Sentiste que iba por más, que quería todo.
Recién ahí, le diste un suave pero apasionado beso. Y retrocediste. Retrocediste un paso. Con tu mano derecha, retiraste la máscara, dejándote al descubierto. La miraste a los ojos. Ella rápidamente tiró de la de ella para hacer contacto visual con vos. Viste sus ojos llenarse de lágrimas y solo fuiste capaz de decirle (tomando su pera): "nunca nadie, te hará desear como yo lo hago, ni te besara como yo te beso, y mucho menos, y aunque no te quieras dar cuenta, nunca serás capaz de amar a alguien como me amas a mi, porque nunca nadie te amara la mitad de lo que yo te amo" Y la dejaste sola. Parada y viéndote ir. Parada y sin reacción, mientras vos te retirabas a tu habitación.

"Por amarte así a 1 paso de tu boca y sin poder besarla tan cerca de ti piel y sin poder tocarla ardiendo de deseos con cada mirada por amarte así"

-Pedroooo a dónde vas????-te gritó Anna, intentando detenerte
-Dejame Nani, necesito estar solo
-Te lastime más?No sirvió?- Te preguntó algo afligida, bajando la cabeza.
-No, Nani, hiciste lo que pudiste, sos la mejor amiga que podría tener, lo sabes verdad?-le dijiste sincero y tierno a la vez, dándole un abrazo. Y le cerraste la puerta de la habitación.

Escuchaste el sonido de la puerta
-Vamos, pepe, volve a la fiesta-Nani, te seguía insistiendo
-No nani, enserio, quiero estar solo
Otra vez el sonido de la puerta
-Vamos, dejame entrar Pedro no seas chiquilin, no me iré de acá sin que me abras,
-Te vas a quedar esperando entonces, no pienso abrirte
Otra vez, tocaban a tu puerta. Decidiste hacer caso omiso. El sonido insistente, llegaba nuevamente a tus oídos. Ya estabas cansándote, esta mujer no entendía que querías descansar? Colgaste tu saco en la silla más cercana, y comenzaste a desabotonar tu camisa blanca, sin mancha alguna (increíble, pero real). Una vez más el sonido de la puerta. No le abrirías, no.
Ya escuchabas el puño entero golpear tu puerta. Cansado, abatido, casi molesto te levantaste
-Que acaso no puedes dejarme en paz????????-le gritaste, abriendo la puerta de par en par.
-No, no puedo- te respondieron del otro lado. Mientras le hacía una radiografía a tu torso desnudo.
-Que hacés acá?-le preguntaste
-Creo que tenés razón
-En qué?
-Que yo también quiero los días 29 amasar los ñoquis con tu mamá, quiero que me confunda con Poly, quiero  el golden con el viento y todo (y la viste sonreír), quiero los nenes, quiero que la próxima vez que te hable de un atraso no sea un chiste, quiero que cuando te lo diga no te paralices, sino que me tomes por la cintura y me gires por el aire, quiero levantarme a tu lado cada mañana, quiero batirte el café todos los días, quiero soñarte despierta y dormida, quiero -y entrelazó sus manos con las tuyas- ser quien te cuide, quiero ser quien te mime, quiero que sean tus brazos los que me arropen cada noche, quiero que beses mi frente todos los días antes de decirme buenas noches, quiero no engañarme más, quiero que sigas queriendo ser mi amor por siempre- te confesó entre lágrimas, hipando, acelerada, como es ella, agitada, desahogándose.
-Yo...-y no supiste como continuar
-Quiero ser tu mujer, la única que duerma en tu cama, no quiero ser tu amiga. Quiero que me digas que no te perdí, por favor...-te suplicó, acariciando tu cara, separando tus labios con la yema de los dedos. Perdiendo su mirada en ellos, para finalmente enfocar sus hermosos ojos verdes en tus ojos color miel. Que aún no creían lo que veían. Estaban confundidos, al igual que vos.
-Dejame demostrarte que te amo-te pidió.
-No Pau, por favor.
-No me hagas esto, por favor- te dijo llorando, cayendo lentamente al piso, arrastrándo sus manos por tus piernas, quedando finalmente sentada a tus pies. Para mirarte desde abajo, suplicándote. Suplicando amor, paciencia, suplicando que la vuelvas a elegir
-Volveme a elegir Pedro, por favor - te suplicó nuevamente, cual niña encaprichada, golpeando sus puños contra la alfombra de tu habitación.
-No puedo Pau, yo simplemente no puedo
-Que necesitas que haga? Que necesitas que diga? Me siento en Diario de Una Pasión juro que como Noah podría decirte "Puedo ser lo que quieras. Sólo dime lo que quieres y lo seré por ti"
-Oh, vamos Pepe, por favor...-continuó
-No te puedo volver a elegir Pau
-"Tan sólo soy una chica delante de un chico pidiéndole que la quiera" -te dijo interrumpiéndote, con una sonrisa, con la que quiso comprarte, como siempre, como nunca.
-Vas a citarme todas tus películas favoritas? Y le hiciste la media sonrisa Alfonso. Y ella se derritió, pudiste sentirlo.
Tomándole su mano, ayudándola a pararla, la levaste frente a ti. Conectaste las miradas, colocate tu mano derecha sobre su pómulo izquierdo.
-No puedo volver a elegirte, porque hace 1460 días que lo único que hago es elegirte, día y noche, sin interrupciones.
Y te besó, por primera vez ella te besó. Porque ella te eligió. Te entendió y te eligió. Y nunca podrías decir nunca. Una Beta Kappa besando a un Delta Theta. Eligiéndolo. Pidiéndole que la ame, que la elija. Y no hizo falta que te confieses, porque ella ya lo sabía: claro que seguías queriendo que ella siga siendo tu amor por siempre.